Cuentos Del 2000

Cuentos Del 2000
Marcella Piccolo


Los cuentos de hadas escritos en clave moderna. Los personajes de Cenicienta, Blancanieves y Caperucita Roja se mueven entre astronautas, marcianos, drones y vestidos biodegradables. Rodeadas por amigos cariñosos y por medios de transportes ultramodernos, conseguirán siempre vencer y superar todas las dificultades. Cada uno de los tres cuentos presentados terminará con un final feliz, donde incluso los malos, se convertirán en buenos

Cenicienta, hija de un famoso astronauta que a menudo se marcha de casa para ir en misión a lejanas galaxias, vive con su madrastra y sus hermanastras, muchachas abusonas y envidiosas de su belleza.A pesar de ser obstaculizada por sus hermanastras, pero con la ayuda del ama de llaves Marta, conseguirá confeccionar un vestido de tela ecológica que le permitirá ir a la fiesta del palacio del rey y conquistar el corazón del príncipe. Pero, ¡ay! El maravilloso tejido ecológico no había sido todavía probado y al filo de la medianoche provocará un completo desastre, obligando a Cenicienta a huir de manera precipitada a casa, perdiendo el zapatito y dejando diseminados pedazos de su hermoso vestido por doquier. Sin embargo, finalmente el príncipe, equipado con medios de transporte ultramodernos, conseguirá encontrarlo y se llegará al consabido final feliz. Blancanieves, una hermosísima princesa, vive con su madrastra, una mujer vanidosa y malvada. La belleza de Blancanieves supera con creces la de la reina y esta, furiosa de celos, encarga a un cazador que la lleve al bosque y la mate. Blancanieves huye y encuentra refugio en la casa de los siete enanitos. Los enanos trabajan como mineros en la mina de diamantes en medio del bosque. Un día, lo que parecía ser un gran diamante resulta ser una astronave marciana en la que hay siete pequeños astronautas. La llegada de los marcianos, dotados de conocimientos e instrumentos muy avanzados, permitirá a Blancanieves salvarse definitivamente de la amenaza de la Reina y... de encontrar ella misma a su príncipe. Tiene problemas el pobre lobo hambrientos: la abuela de Caperucita Roja estudia artes marciales, el cazador, amigo de la abuela jamás se aleja demasiado de su cabaña y para colmo del infortunio se dará cuenta a su pesar de que ¡en la cabaña son todos vegetarianos! Cuando, movidos por la compasión le ofrecen comida él, ¡ay!, deberá contentarse con unas fresas y caldo de verduras. Son tiempos duros para los lobos modernos.







Cuentos del 2000

Marcella Piccolo

Traducido al español por María Acosta

Ilustraciones de

Lorenzo Pompei

y Marcella Piccolo

Copyright © 2019 - Marcella Piccolo


Indice dei contenuti

Presentación (#ulink_c80a15eb-8d1c-5a06-a470-3520abcf2d9c)

Cenicienta en el espacio (#ulink_30ded26c-5cbd-5523-8f8a-c2583db04d99)



1) Cenicienta y su padre (#ulink_6df2ba1a-234c-5daa-9194-2b3b43b18bee)



2) Una nueva vida (#ulink_75183874-1000-5526-9f43-ff09efee32db)



3) En la cocina (#ulink_95b1e6ad-b87d-5d57-a2a6-676725d0a1d2)



4) Sola (#ulink_60b14ae2-200f-54c2-a0d5-a3902355b58d)



5) Nunca más sola (#ulink_7908f943-61b9-5fce-80c0-d47481ba28a9)

6) El mensajero del rey (#ulink_c943ad62-5100-5059-bf3b-b3582f352dd5)



7) El vestido (#ulink_fd86f145-17ff-5827-924a-6171259f9def)

8) El desprecio (#ulink_f1a1db19-751b-5533-b843-54abdd709820)

9) La ayuda de Marta (#ulink_181c0dd9-545f-52ac-861e-d2a51d7cf7ab)

10) En la Central de Reciclaje (#ulink_77b443e1-acd1-5973-9b2a-b24354b3a0ed)

11) El vestido biológico (#litres_trial_promo)

12) La limusina aérea (#litres_trial_promo)

13) El gran día (#litres_trial_promo)

14) En el castillo (#litres_trial_promo)

15) El baile (#litres_trial_promo)

16) La fuga (#litres_trial_promo)

17) Los enviados del rey (#litres_trial_promo)

18) En el restaurante de Marta (#litres_trial_promo)

19) El príncipe (#litres_trial_promo)

20) El encuentro (#litres_trial_promo)

21) La boda (#litres_trial_promo)

Blancanieves y los siete marcianos (#litres_trial_promo)



1) Blancanieves (#litres_trial_promo)

2) La madrastra (#litres_trial_promo)

3) Los siete enanos (#litres_trial_promo)

4) Nueva vida (#litres_trial_promo)

5) En el Palacio (#litres_trial_promo)

6) En el bosque (#litres_trial_promo)

7) En la esfera (#litres_trial_promo)

8) Nuevos amigos (#litres_trial_promo)

9)Llegada de la Reina Malvada (#litres_trial_promo)

10) Los marcianos (#litres_trial_promo)

11) La reina buena (#litres_trial_promo)

Capucerita Roja y el lobo vegetariano (#litres_trial_promo)



1) En el bosque (#litres_trial_promo)

2) Con la abuela (#litres_trial_promo)



Note (#litres_trial_promo)

Biografía (#litres_trial_promo)










Presentación


Interpretación en clave moderna de los cuentos de los hermanos Grimm.

Los personajes de Cenicienta, Blancanieves y Caperucita Roja se mueven entre astronautas, marcianos, drones y vestidos biológicos.

Rodeadas por amigos cariñosos y de medios de transportes ultra modernos, conseguirán siempre vencer y superar todas las dificultades.

Pero el éxito de nuestras heroínas se deberá, sobre todo, a sus dotes de bondad, paciencia y laboriosidad, que poseen de manera abundante.

Cada uno de los tres cuentos presentados terminará con un final feliz, donde incluso los malos, se convertirán en buenos

Marcella Piccolo




Cenicienta en el espacio


Descripción

Cenicienta, hija de un famoso astronauta que a menudo se marcha de casa para ir en misión a lejanas galaxias, vive con su madrastra y sus hermanastras, muchachas abusonas y envidiosas de su belleza.

A pesar de ser obstaculizada por sus hermanastras, pero con la ayuda del ama de llaves Marta, conseguirá confeccionar un vestido de tela ecológica que le permitirá ir a la fiesta del palacio del rey y conquistar el corazón del príncipe.

Pero, ¡ay! El maravilloso tejido ecológico no había sido todavía probado y al filo de la medianoche provocará un completo desastre, obligando a Cenicienta a huir de manera precipitada a casa, perdiendo el zapatito y dejando diseminados pedazos de su hermoso vestido por doquier.

Sin embargo, finalmente el príncipe, equipado con medios de transporte ultra modernos, conseguirá encontrarla y se llegará al consabido final feliz.










1) Cenicienta y su padre


Había una vez en un país muy lejano un señor viudo que tenía una hija, una hermosísima niña tan bella como buena, inteligente y también muy ingeniosa.

Este señor, que era un valeroso comandante de la flota espacial del rey, a menudo debía irse de misión a lejanas galaxias ausentándose de casa durante meses o años, mientras dejaba a la hija acompañada tan solo por el ama de llaves.

Por este motivo, un día decidió volverse a casar y dar a la pequeña una nueva madre que pudiese estar a su lado durante sus largas ausencias.

Se casó con una señora que tenía dos hijas, contento de poder dar a la niña también la amistad de dos hermanastras que pudiesen crecer con ella y ser compañeras de juegos. La señora prometió al marido que cuidaría muy bien de la pequeña.

-Ve tranquilo – dijo. –La querré como si fuese una de mis hijas.

El señor, seguro de dejar a la niña en buenas manos, partió para su misión al planeta rojo: Marte.




2) Una nueva vida


De esta manera comenzó para la hijita una nueva vida, con esta nueva madre y hermanastras, las cuales, sin embargo, en cuanto el padre se fue, cambiaron de repente su manera de actuar, resultando todo lo contrario a afectuosas con ella: la llamaban continuamente para darle órdenes y hacían que les sirviese. Le cogieron todos los vestidos más bonitos y se apoderaron de todas las joyas de su madre y de las suyas.

Un día, Cenicienta, al ver en el cuello de la hermanastra, el collar que su padre le había regalado el día de su cumpleaños, le pidió que se lo devolviese, pero la hermanastra se revolvió agresiva hacia ella gritándole y pegándole, hasta que intervino la madrastra y las separó.

-Has sido muy mala –le riñó.

–No tolero que trates así a mis hijas, como castigo esta noche serás tú quien nos sirva la cena y deberás también ir a la cocina a lavar los platos y ordenar todo. No olvides limpiar el incinerador de residuos que desde que tu padre se fue nadie lo ha limpiado jamás ¡Hazlo todo bien porque vendré a comprobarlo!




3) En la cocina


La muchacha se fue a la cocina obediente y ayudada por Marta, el ama de llaves, hizo el trabajo que le habían pedido: sirvió en la mesa la comida para sus hermanastras y su madrastra, luego la recogió, limpió la cocina y también el incinerador, pero mientras estaba haciendo estas labores se ensució de ceniza la cara y también el vestido (el último que le quedaba) provocando, de esta manera, la risa de las hermanastras que comenzaron a mofarse de ella llamándola Cenicienta.

Desde ese día, comenzó a llamarse Cenicienta, y fue obligada, cada vez más, a limpiar la cocina y a hacer todas las labores domésticas.

Cenicienta aceptaba de buena gana esta nueva condición, ya que mientras estaba en la cocina evitaba la compañía de la madrastra y las hermanastras, que no dejaban pasar la ocasión de reñirle, pero en cambio estaba acompañada por el ama de llaves, una estupenda mujer que la conocía desde que había nacido y que, amablemente, tuvo a bien enseñarle las labores de la casa, para que de esta manera se cansase menos y no se ensuciase demasiado.

Con el pasar de los años Cenicienta se convirtió en una muchacha muy hermosa, muy sabia y con capacidad para hacer cualquier cosa, consiguió ser muy diestra con las labores del hogar pero también hábil con el ordenador, por medio del cual asistía regularmente a su escuela virtual, aprendiendo lengua, literatura, historia, matemáticas, astrofísica y todas las materias escolares de los jóvenes de su edad.

Un día, sin embargo, Marta fue llamada por la señora que le dijo:

-¡Ahora que Cenicienta ha crecido y ha aprendido a hacer todas las labores de la casa ya no tenemos necesitad de ti! ¡Debemos economizar! No sé cuándo regresará mi marido, ahora aquí la patrona soy yo y he decidido prescindir de ti, haré trabajar en la cocina a esa gandula de Cenicienta, ¡desde mañana por la mañana no te quiero ver más en mi casa!

La buena mujer se vio obligada a hacer la maleta y a irse en busca de un nuevo trabajo.




4) Sola


Aquella noche Cenicienta estaba muy triste, se sentía sola, ya que no había nadie cerca que le hiciese compañía y que le mostrase un poco de afecto.

Encerrada en su cuarto lloraba, recordando los hermosos días cuando su padre regresaba a casa y la abrazaba y le traía regalos, cuando el ama de llaves cocinaba su tarta preferida y ella podía estar en el salón bien vestida y acicalada.

Mientras estaba inmersa en estos pensamientos, escuchó un ruido arriba, en el desván, que la atemorizó un poco.

-No hay nadie en el desván, ¿qué será? ¿Quizás el gato de la madrastra se ha quedado encerrado?

Se armó de valor y decidió ir a ver; era una noche luminosa, la luz de la luna entraba por las ventanas e iluminaba el pasillo proyectando sombras amenazadoras en las paredes.

-No pasa nada – pensó dándose ánimos. – Será el viento que mueve las ramas de los árboles del jardín.

Silenciosamente subió los escalones que llevaban al desván, abrió con sigilo la puerta y vio al fondo una lucecita encendida y alrededor una figura oscura que se movía, se acercó y ¡oh…!




5) Nunca más sola


Era el ama de llaves:

-¡Oh, señorita! Perdóneme, no sabía dónde ir, todavía no tengo un alojamiento ni tampoco un trabajo, me he instalado aquí porque tenía miedo de dormir afuera, a la intemperie, se lo ruego, no diga nada a la señora madrastra, ¡me iré enseguida!

Mientras decía esto comenzó a llorar.

Pero Cenicienta la abrazó mientras decía:

-¡No, no te vayas, te lo ruego, me alegro de verte, no diré nada a la madrastra, estoy tan sola! Quédate aquí, nos haremos compañía por la noche después de haber acabado de trabajar; sólo intenta que no te vean y para salir y entrar en casa deberás pasar por las escaleras del sótano, donde mi madrastra y mis hermanastras no van nunca.

Se quedaron un rato hablando para organizarse de la mejor manera posible, hablando incluso de sus esperanzas y anhelos. Marta le dijo a Cenicienta que a la mañana siguiente debería presentarse a una entrevista de trabajo en un restaurante de catering de la zona:

-Es un restaurante que también elabora comidas para fiestas y celebraciones, buscan una cocinera y camarera, me gustaría tanto que me cogiesen, de esta forma incluso podría comer con ellos.

Cenicienta, debido a estas palabras, entendió que su querida amiga no había comido en todo el día, así que se fue a la cocina, intentando que no la oyesen su madrastra y sus hermanastras. Cogió una taza de leche, algunas galletas y llevó todo al desván, de esta forma Marta pudo finalmente recuperar fuerzas.

Luego le llevó una almohada, una cama autohinchable y todo lo que hacía falta para transcurrir la noche de manera confortable. En fin, soñolientas pero contentas, se separaron para irse a dormir




6) El mensajero del rey


Cuando se hizo de día Cenicienta fue al cuarto de la lavadora para hacer la colada y mientras esperaba a que la máquina por rayos solares terminase el ciclo de secado, se puso a pasear por el jardín.

Mientras paseaba recogiendo flores se dio cuenta que al camino de delante de la casa estaba llegando el mensajero del rey, el cual se paró delante de ella mientras le ofrecía una tarjeta de invitación para la fiesta que tendría lugar en el palacio real:

-El rey invita a todas las muchachas de entre 17 y 20 años a la fiesta que será organizada para que el príncipe escoja una esposa, ¡todas las muchachas de esta edad están invitadas!

Luego preguntó si en la casa habría otras muchachas y, ante la respuesta afirmativa de Cenicienta, entró para entregar la invitación a las dos hermanastras.

-”¡Qué fantástico!” –pensó Cenicienta –“¡Ir al castillo a una fiesta! ¡Ver tantos señores elegantes, comer las viandas refinadas que se servirán y, por una vez, comer tranquila sin escuchar que me llaman continuamente! Quién sabe cómo será el príncipe, he oído decir que es muy guapo, pero, de todas formas, ¡no escogerá nunca a una andrajosa como yo!”

Mientras pensaba en estas cosas, cogió una sábana seca y comenzó a envolversela por encima imaginando que era un hermoso vestido de noche y canturreando a media voz se puso a bailar sobre el prado soñando que ya estaba en el castillo.

-¡Cenicienta! –escuchó que gritaban desde la puerta de la casa.

-¡Déjate de jugar y date prisa con la ropa, que casi es la hora de servir el té!

Era la madrastra quien la devolvía a la realidad. Cenicienta volvió a casa y retornó con sus quehaceres domésticos, mientras que las hermanastras, también ellas entusiasmadas con la noticia de la fiesta, daban vueltas por el salón emocionadas e impacientes por comprarse el vestido nuevo para ir al castillo para conocer al príncipe.

-¡Yo me vestiré de rosa, estaré tan radiante que el príncipe se enamorará de mí en cuanto me vea! –decía Anastasia.

-¡Yo me vestiré de rojo, el color del amor, el príncipe caerá enseguida a mis pies y de rodillas me suplicará que me case con él! –decía Genoveffa.

-”¡Yo me vestiré de ceniza, por la desilusión de quedar en casa sin un vestido nuevo para ponerme en la fiesta!” –pensó, en cambio, Cenicienta.




7) El vestido


Por la noche Cenicienta, en el desván, habló con su amiga Marta sobre la noticia que había oído:

-¡Cuánto me gustaría ir a la fiesta, aunque sólo fuese para ver a tanta gente hermosa y para escuchar la hermosa música que tocarán, y quién sabe, a lo mejor el príncipe bailará realmente con mis hermanastras!

-¿Pero por qué no vas? –le respondió Marta –tú también eres una joven, ¡la invitación también es para ti!

-¿Cómo podría? –respondió Cenicienta. –Sólo tengo este vestido deshilachado, ¡ni siquiera me dejarán entrar!

Y la amiga le dijo:

-Hay un viejo baúl con unos vestidos de tu madre de cuando tenía tú misma edad, están viejos y pasados de moda, es por esta razón que tus hermanastras no los han cogido, pero yo se coser, si encontramos uno de baile puedo intentar remodelarlo y adaptarlo a ti.

Fueron a revolver al baúl y encontraron un vestido muy elegante, de una tela muy cara y recamado con miles de pequeñas perlas, sin embargo era realmente anticuado, un modelo demasiado fuera de moda.

-No está tan mal –dijo Marta –quito estas mangas, rebajamos un poco la falda y ¡estoy convencida que vas a ser la sensación!

-¡Oh! Gracias –respondió Cenicienta –yo te ayudaré por la noche, cuando nos encontremos aquí en el desván, ¡trabajaremos juntas!

Así lo hicieron, por la noche Marta cortaba, preparaba y daba instrucciones a Cenicienta para que pudiese proseguir el trabajo sola durante el día, hasta que el vestido fue terminado, limpiado y planchado, listo para ser puesto el día de la fiesta.




8) El desprecio


Cenicienta fue a pedir permiso a su madrastra para ir también ella a la fiesta y la madrastra le respondió:

-Pero no tienes un vestido ¿Cómo piensas ir a la fiesta, vestida de esa forma?

-No –respondió la muchacha – he encontrado en el desván un viejo vestido de mi madre, lo he adaptado a mí y, aunque no es tan hermoso como serán seguramente los de mis hermanastras, me conformo, sólo quiero entrar y ver a Anastasia y Genoveffa cuando bailen con el príncipe.

Al oír aquellas palabras las hermanastras se prodigaron en entusiastas descripciones de sus magníficos vestidos y joyas y de cómo encantarían al príncipe a primera vista.

-Muy bien –dijo la madrastra ligeramente ablandada –sin embargo, deberás ir a pie, porque en nuestra limusina aérea no tendremos sitio para ti.

Cenicienta, de todas formas, se sintió feliz con la promesa de poder ir también ella a la fiesta y durante todo el día trabajó en la cocina, lavó y fregó de muy buena gana, pensando en su elegante vestido ya preparado que le esperaba colgado en el armario de su habitación.

Por la noche, cuando se retiró a dormir, le vinieron ganas de mirarlo de nuevo y abrió el armario para cogerlo, pero... ¡oh!

Lo encontró todo cortado, con tijeretazos que iban desde el dobladillo y llegaban hasta el escote convirtiéndolo, de esta manera, ¡ay!, en inutilizable.

Se fue al desván llorando y contó a Marta lo ocurrido, la cual, sumamente enfadada y decidida más que nunca a no dejar que se saliesen con la suya aquellas dos hermanastras envidiosas y crueles que habían causado el desastre para impedir que Cenicienta participase en la fiesta.

-¡Esto no acaba aquí! Encontraré otra manera de hacerte el vestido, no te vengas abajo, querida Cenicienta, buscaremos juntas otra solución, ya verás cómo lo conseguiremos, ¡yo te ayudaré!




9) La ayuda de Marta


A la mañana siguiente Marta fue a trabajar al restaurante y Cenicienta, triste y silenciosa, se dedicó a sus acostumbradas tareas domésticas, pero por la noche, cuando Marta volvió, trajo una buena noticia:

- Me he enterado de que se pueden encontrar algunas cosas en la Central de Reciclaje de los residuos donde, aparte de eliminar los residuos provenientes de la recogida selectiva que hacemos en las casas, también se separa la ropa desechada. En la central, antes de destruir y separar los distintos materiales para el reciclaje, los vestidos que todavía están en buen estado se ponen a disposición del público de manera gratuita.

-¡Buena idea! –dijo Cenicienta –vamos mañana.

Se pusieron de acuerdo para ir al día siguiente, a primera hora de la tarde, una hora en que la madrastra hacía la siesta de belleza y las hermanastras permanecían en sus habitaciones divirtiéndose mientras se probaban los nuevos vestidos comprados.




10) En la Central de Reciclaje


La central de reciclaje era un establecimiento enorme y muy bien organizado. Los camiones cargados de basura recogida de los edificios, ya separada según las reglas del reciclaje que cada habitante debía seguir escrupulosamente, confluían a los distintos almacenes. Cada material para reciclar tenía un contenedor de distinto color para facilitar la separación. Los residuos no reciclables eran quemados en los incineradores domésticos, produciendo un calor que iba a alimentar los electrodomésticos de la casa.

Por el camino Marta contó que la invención del plástico biodegradable había supuesto un gran beneficio para la ecología.

–En los tiempos de tu abuela se usaba un tipo de plástico tan resistente que podía contaminar la tierra durante cientos de años. Lo utilizaban muchísimo, tanto que no conseguían encontrar un modo para eliminarlo. Estaba llenado los mares y ríos, prados y jardines, la tierra se estaba, literalmente, llenando de plástico. Hasta que, finalmente, se inventó el plástico biodegradable, resolviendo de esta manera incluso el problema de deshacerse de los residuos orgánicos y, de ahí en adelante, se prohibió el plástico contaminante comenzando, de esta manera, a desaparecer del planeta.

Llegaron finalmente a la sección de ropa para desechar, dieron unas vueltas por los distintos pasillos en que estaba expuesta, vieron un montón de vestidos, pero ninguno de baile, todos estaban confeccionados con telas pesadas y gruesas, algunos estaban manchados y polvorientos, ¡para nada adecuados para una fiesta en el castillo del rey!

–¡Qué desilusión! ¡Entre tantos vestidos y ninguno de ellos es apropiado! –se lamentó Marta que había puesto tantas esperanzas en esta solución.

El encargado del reciclaje de la ropa, habiéndose enterado de lo que necesitaban, les informó de una posible solución, diciéndoles:

–Si sois capaces de confeccionar vosotras un vestido, hay una tela, tan hermosa como la seda, que podríais conseguir gratis porque se trata de un experimento. Estamos inventando una tela biológica, tratando los restos vegetales. Id al Biolaboratorio que se encuentra en el segundo piso, preguntad por el Profesor Cebollita1 (#litres_trial_promo) y decid que os mando yo.

Fueron al biolaboratorio y cuando el profesor Cebollita fue puesto al corriente de su petición les respondió muy contento:




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Cuentos Del 2000 Marcella Piccolo
Cuentos Del 2000

Marcella Piccolo

Тип: электронная книга

Жанр: Современная зарубежная литература

Язык: на испанском языке

Издательство: TEKTIME S.R.L.S. UNIPERSONALE

Дата публикации: 16.04.2024

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О книге: Los cuentos de hadas escritos en clave moderna. Los personajes de Cenicienta, Blancanieves y Caperucita Roja se mueven entre astronautas, marcianos, drones y vestidos biodegradables. Rodeadas por amigos cariñosos y por medios de transportes ultramodernos, conseguirán siempre vencer y superar todas las dificultades. Cada uno de los tres cuentos presentados terminará con un final feliz, donde incluso los malos, se convertirán en buenos

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