Corazones Marcados
Blankenship Amy
Los hermanos guardianes son inmortales muy posesivos cuando se trata de proteger a Kyoko de Hyakuhei, de los demonios, incluso de ella misma. Pero, ?cundo se pasa de la raya? Si los hermanos supieran que tienen que matarse entre ellos para estar cerca de ella, ?lo har?an? Si eso les permitiera amarla, entonces lo har?an en un abrir y cerrar de ojos. ?Su muerte ser suficiente para mantener a Kyoko alejada del se?or de los demonios, Hyakuhei, que la ha amado durante toda la eternidad? A veces ni siquiera la sangre es suficiente cuando Kyoko no juega seg?n las reglas de sus Corazones Malditos. Los hermanos guardianes son inmortales muy posesivos cuando se trata de proteger a Kyoko de Hyakuhei, de los demonios, incluso de ella misma. Pero, ?cundo se pasa de la raya? Si los hermanos supieran que tienen que matarse entre ellos para estar cerca de ella, ?lo har?an? Si eso les permitiera amarla, entonces lo har?an en un abrir y cerrar de ojos. ?Su muerte ser suficiente para mantener a Kyoko alejada del se?or de los demonios, Hyakuhei, que la ha amado durante toda la eternidad? A veces ni siquiera la sangre es suficiente cuando Kyoko no juega seg?n las reglas de sus Corazones Malditos.
Tabla de contenido
Cap?tulo 1 "Sacrificio" (#ulink_6babd75f-e06d-51b2-9281-48a1a30314e9)
Cap?tulo 2 "Una voz del pasado" (#ulink_64fdf741-b0f4-56b6-ad8f-b535719466dd)
Cap?tulo 3 "Las hormonas son nuestra escuela secundaria" (#ulink_192f7b89-f380-59fe-9221-52ac3e1594f0)
Cap?tulo 4 "Los chicos malos y Romeo" (#ulink_c6d40771-489a-5662-af3b-a6c9bb91a9d5)
Cap?tulo 5 "El Fantasma de la pera" (#ulink_c4db5c29-944d-5eb7-a3fe-2a62b92a8ce8)
Cap?tulo 6 "Lo que los demonios temen" (#ulink_8b30379c-ac83-5d61-9434-01a1a56c6e10)
Cap?tulo 7 "Despertar" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 8 "Enigma" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 9 "Seduccin" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 10 "Celos peligrosos" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 11 "Sin invitacin" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 12 "Rivalidad entre hermanos" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 13 "Corazones Celosos" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 14 "Atrapado en el medio" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 15 "Comportamiento perturbador" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 16 "Punto de ruptura" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 17 "ngel de alas negras" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 18 "Los demonios entre nosotros" (#litres_trial_promo)
Cap?tulo 19 "Lazos que unen" (#litres_trial_promo)
Corazones Marcados
El Corazn De Cristal Del Guardin Libro 8
Amy Blankenship
Traduccin al Espa?ol: ZionXVI
Derechos de autor 2010 Amy Blankenship
Edicin en ingls Publicada por Amy Blankenship
Segunda edicin publicada por TekTime
Todos los derechos reservados.
Cap?tulo 1 "Sacrificio"
Los hermanos guardianes se reunieron alrededor de los restos de la estatua de la doncella. Incluso heridos y ensangrentados, eran todav?a un espectculo para contemplar. Sus transl?cidas alas se extend?an detrs de ellos como los ngeles de la leyenda, pero las mort?feras armas que acababan de usar para rechazar la lluvia de demonios hablaban de su verdadera naturaleza. Los guardianes eran ms peligrosos y letales de lo que los demonios pod?an esperar ser.
Ellos son los protectores del Corazn del Tiempo... el portal del tiempo que es el enlace entre el mundo de los demonios y todos los humanos. El tiempo y el espacio separan los mundos para que nadie pueda cruzar sin el uso del portal sagrado. Los guardianes nunca esperaron volver su poder en contra de lo que hab?an nacido para proteger.
Los vientos de cambio hab?an comenzado hace tres a?os cuando la estatua de la doncella comenz a brillar repentinamente, revelando el hecho de que la sacerdotisa humana hab?a renacido al otro lado del Corazn del Tiempo. Hyakuhei, que una vez fue el guardin ms poderoso, ahora se?or de los demonios, hab?a atacado, enviando a sus demon?acos secuaces en un frenes? mientras intentaban llegar al portal... intentando llegar a la sacerdotisa del otro lado.
Los guardianes sab?an porque Hyakuhei hab?a atacado con tanta furia apasionada, pero la razn del guardin oscuro no importaba... no pod?an permitirlo. Su intensa guerra dur tres largos a?os, sin cesar, debilitando a ambas partes del conflicto.... hasta hoy. Hyakuhei hab?a liberado al ms astuto de los demonios, unindolos a los ms dbiles para luchar con venganza.
Enviando al ejrcito del mal a invadir a los guardianes en gran n?mero, Hyakuhei hab?a extendido sus oscuras y oscuras alas, invocando su ?ltimo poder para desestabilizar la barrera y escapar al reino humano. Hab?a sucedido tan rpido que los guardianes ni siquiera sab?an cuntos demonios se hab?an deslizado a travs de la barrera con l y la ?nica manera de detener a ms seguidores hab?a sido destruir el Corazn del Tiempo.
Ahora los guardianes estaban en una encrucijada. Hyakuhei y los demonios ser?an libres de acechar a la sacerdotisa dentro del reino humano, porque con el portal del tiempo destruido... los guardianes no pod?an alcanzarla.
No deber?amos haber hecho eso, gru? Toya, mirando fijamente a la pila de escombros desde donde se arrodill en el suelo. La prdida de sangre hab?a minado su energ?a, pero no su ira. Hab?a enviado todo el poder que pod?a a travs del portal del tiempo un instante detrs de Hyakuhei. Solo esperaba haber herido al se?or de los demonios en el proceso. "?Hyakuhei la cazar!"
Es slo un beb. Tres a?os de edad y sin poder contra ellos. La tristeza en la voz de Kamui era espesa mientras sus ojos brillaban con lgrimas. Intent borrar las pruebas, pero slo consigui dejar una mancha de sangre en la mejilla. "?Y si los demonios la encuentran antes que l?"
No tendr ninguna oportunidad contra ellos. Kotaro cerr sus helados ojos azules, negndolo. No tiene a nadie que pueda protegerla de los demonios... o de Hyakuhei.
Las alas de amatista de Shinbe se desvanecieron mientras envolv?a su brazo alrededor de la herida a travs de sus costillas. Se curar?a, pero no servir?a de nada. Puede que hayamos detenido al resto de los demonios de entrar en su mundo... pero en realidad, lo hemos perdido todo si l la reclama.
Kyou era el ?nico que segu?a en pie a su altura, pero slo porque hab?a decidido ignorar sus propias heridas a la luz del dilema al que se enfrentaban. Esto no ha terminado. Su voz estaba desprovista de la angustia que aflig?a a sus hermanos.
?De qu ests hablando? Sise Toya mientras se pon?a en pie. El portal del tiempo est destruido. No podemos salvarla. Sus alas plateadas desaparecieron en una rfaga de plumas, dejando paso a su ira.
Hay una manera... pero el precio es alto, les inform Kyou.
No hay un precio demasiado alto, dijo Kamui lo que pensaban los dems. Sus manos estaban ahora con los pu?os a los costados y sus ojos decididos.
El largo pelo plateado de Kyou ondeaba en la brisa mientras giraba sus dorados ojos para cerrarlos con los de Kamui. "?Morir?as por ella?"
Si eso la salvar?a a ella y a su mundo, fue la respuesta instantnea de Kamui cuando dio un paso adelante. Entonces ser?a un peque?o sacrificio.
Slo dinos lo que tenemos que hacer, exigi Toya. Nuestras vidas ya le pertenecen a ella... Si se necesita sangre, entonces sangraremos.
Kyou mir de un guardin a otro viendo que todos estaban de acuerdo. Si morimos en este reino, entonces apareceremos en el suyo... pero hay un costo por tal acto. Nuestros poderes como guardianes se reducirn a la mitad, y nuestras alas son el precio del pago porque sern el poder que nos lleve a travs del tiempo y el espacio.
?Estaremos juntos? Shinbe tuvo la premeditacin de preguntar.
Somos hermanos y eso nunca cambiar. No renaceremos... sino que nos deslizaremos a travs del velo del tiempo tal como somos. Para los mortales, apareceremos slo alrededor de las edades de diecisiete a diecinueve a?os, pero nuestra inmortalidad nos impedir envejecer. El poder del descenso nos dar una vida como si siempre hubiramos estado entre ellos.... cerca de ella. La sacerdotisa es inocente en el reino de los humanos... no tendr poder hasta que sea mayor de edad.
Shinbe apret con ms fuerza su bastn mientras miraba hacia el sangriento campo de batalla que les rodeaba. Hemos sido atacados por poderosos demonios muchas veces, y aun as? vivimos. ?Cmo hace un guardin para que lo maten?
La ms leve insinuacin de una sonrisa posey los labios de Kyou mientras respond?a. Se necesita un guardin para matar a un guardin.
Si vamos a hacer esto, entonces ser mejor que lo convirtamos en una prueba de fuerza, insisti Kotaro intentando alejar el horror de matar al hermano de uno.
Shinbe asinti, entendiendo lo que Kotaro estaba intentando hacer. "Siempre nos hemos preguntado quin de nosotros es el ms fuerte."
Los ojos brillantes de Kamui se volvieron negros y el color bano se extendi rpidamente por sus alas como si estuviese comiendo el polvo de estrellas que brillaba all? en manchas de varios tonos. En el instante en que Kamui lleg a su verdadero poder; se convirti en una lucha a muerte.
En pocos momentos, Toya fue el ?ltimo en pie. Cay de rodillas por el dolor de lo que acababa de hacer, y de lo que a?n ten?a que hacer. Nadie hab?a pensado en el sacrificio ms verdadero que se iba a hacer.
Estar contigo, su voz era solo un susurro mientras guardaba el resto de sus pensamientos en su interior. Tomando sus dagas gemelas en un apretn de manos, las clav en su propio corazn. El ?ltimo de sus poderes activ las dagas sagradas mientras el hielo se extend?a rpidamente desde su corazn.... seguido por las llamas.
Cap?tulo 2 "Una voz del pasado"
Quince a?os despus...
Kyoko se detuvo ante la puerta de la oficina sin querer entrar. Ella hab?a estado en el internado de todas las ni?as desde que ten?a memoria y ser llamada a la oficina de la Sra. Estupidez nunca hab?a sido algo bueno. Le dio un nuevo significado a las palabras "Oh, mierda".
Adelante, Hogo. Incluso silenciada desde la otra habitacin, la voz femenina parec?a spera e inflexible, del tipo que bsicamente rallaba los nervios de la gente.
Kyoko se estremeci preguntndose cmo demonios sab?a la vieja que estaba all?. Se tom un segundo para mirar a su alrededor, buscando la cmara esp?a secreta que nunca hab?a encontrado, luego se encogi de hombros y abri la puerta.
Viendo que la due?a principal no estaba sola en la oficina, Kyoko se movi de un pie a otro preguntndose qu hab?a hecho para meterse en problemas esta vez. Como la escuela estaba en medio de la nada y no se permit?a la entrada a los hombres, ella nunca hab?a estado en la misma habitacin con el sexo opuesto e instantneamente mir hacia otro lado.
Sintese, Srta. Hogo, tenemos mucho que discutir. La Sra. Estupidez dijo con toda la arrogancia que pudo. Hasta ella parec?a estar preocupada porque su escuela de justicia hab?a sido invadida por un hombre. Este es el Sr. Sennin, un abogado que ha estado a cargo del patrimonio de su familia desde que usted fue colocado aqu? en nuestra escuela. Me ha dicho que su trabajo ha terminado y que todos los derechos de la propiedad se le devuelven a partir de la medianoche de hoy.
Kyoko parpade varias veces, confundida. ?Su familia qu? Siempre le hab?an dicho que estaba bajo tutela de la escuela y asumi que eso significaba que era hurfana. Su cumplea?os era ma?ana, pero.... Kyoko se estremeci de repente cuando la Sra. Estupidez se puso de pie y se dirigi a la puerta de la oficina.
La espalda de la anciana estaba r?gida como una tabla y sus talones hac?an ruido en los pisos de madera de la oficina. Mir hacia abajo de su nariz ms all de las molestas gafas que colgaban del extremo de la misma. Dejar que el Sr. Sennin explique el resto. La puerta se cerr con un resonante estruendo, dejando a Kyoko y al hombre solos dentro de la oficina.
?Puedo llamarte Kyoko? pregunt el Sr. Sennin educadamente. Personalmente, se alegr de que la vieja vaquilla los hubiera dejado solos.
Su voz era envejecida y spera pero suave y dulce al mismo tiempo, haciendo que Kyoko finalmente levantase sus ojos esmeraldas para encontrarse con los suyos. Estaba vestido con un traje de negocios como un abogado, pero su sonrisa pertenec?a al abuelo de alguien porque esa sonrisa llegaba hasta sus ojos parpadeantes y grises. Ella asinti, necesitando un momento para encontrar su voz.
?Conoces a mi familia? Kyoko hizo la ?nica pregunta que pens que nunca tendr?a una respuesta.
Los conoc?a muy bien. Tu abuelo era mi mejor amigo. Suspir mientras tomaba la silla de la Sra. Estupidez y la pon?a alrededor del escritorio junto a la de Kyoko. Tu abuelo te trajo a m? cuando slo ten?as tres a?os con instrucciones muy expl?citas y un testamento. Muri en un extra?o accidente slo un par de horas despus de dejar mi bufete.
El viejo respir hondo, como si la memoria a?n le doliera profundamente, y luego empez a explicarlo. Tu abuelo vino a m? en confianza. Me dijo que todos en tu familia estaban en peligro. Tus padres acababan de morir en extra?as circunstancias y l tem?a por tu vida.... tem?a que fueras el siguiente, supongo.
Se agit como si estuviera luchando por explicarlo. Vers.... tu madre y tu padre fueron encontrados en la sala de estar de tu familia, aparentemente mutilados hasta la muerte por alg?n tipo de animal. Sus ojos se oscurecieron ante el recuerdo. Pero nunca se encontraron pruebas de que hubiera animales dentro de la casa.
El Sr. Sennin frunci el ce?o: Cuando lleg la polic?a, buscaron a tu hermano menor Tama, pero desapareci sin dejar rastro. Estuviste con tu abuelo en la feria del condado durante el momento de la muerte de tus padres. Pero cuando los investigadores registraron la casa, fue su habitacin la que sufri el mayor da?o. Fue entonces cuando tu abuelo te trajo a mi oficina".
?Se han ido todos? Kyoko se sinti como si estuviera atrapada en los faros.... descubriendo que s? ten?a una familia y sabiendo que los hab?a perdido a todos en la misma respiracin. Nadie me ha dicho nada de esto. Siempre dec?an que estaba bajo tutela de la escuela. Nunca se me ha permitido salir del campus. Parpade preguntndose si habr?a sido mejor que no lo supiera.
El Sr. Sennin asinti con la cabeza: Mis instrucciones eran enviarle a un internado aislado lo ms lejos posible de la casa de su familia, y luego no tener ning?n tipo de contacto con usted hasta que cumpliera diecisiete a?os. Siempre he enviado las cuotas de la escuela a travs de una cuenta en el extranjero para que no puedan ser rastreadas.
Mir alrededor de la habitacin sintiendo pesar por su aislamiento. La ?nica razn por la que escog? este lugar fue porque el suelo aqu? es sagrado... bendecido por los monjes que viven en el monasterio, justo arriba de la monta?a. Sus ancestros y tradiciones son los ms antiguos del mundo... y los ms poderosos. Tambin ped? que nunca se te permitiera salir de la escuela. Vers, tu abuelo estaba convencido de que si no estabas escondido en alg?n lugar.... que los demonios te encontrar?an.
Kyoko se estremeci de sorpresa. "?Demonios?" Ese era su secreto y nunca se lo hab?a contado a nadie. Sus compa?eras de cuarto siempre le preguntaban sobre sus pesadillas cuando se despertaba gritando, pero ella simplemente les dec?a que no recordaba los sue?os. Ella baj los ojos no queriendo que l viera el miedo que hab?a en ellos.
Se acomod la garganta preguntndose si hab?a dicho demasiado y se volvi rpidamente hacia su papeleo como si pudiera amontonarlo a?n ms ordenado de lo que ya estaba. Pongmoslo de esta manera, confi en tu abuelo tanto como l confi en m?.
Kyoko intent bloquear las visiones que intentaban formarse en su mente. El retrato de familia mental que ella hab?a guardado en secreto en su corazn estaba ahora cubierto de sangre. Parpadeando la visin hasta que todo lo que pudo ver fue al amable hombre que le hab?a hablado sin rodeos, le pregunt: "?Qu pasa esta noche a medianoche? La Sra. Estupidez dijo..."
Sra. Estupidez, el Sr. Sennin se ri y luego se aclar la garganta. Tienes que admitir que el nombre encaja con ella. Comparti una sonrisa con ella y luego puso su carpeta de papeleo en el escritorio frente a Kyoko. Hay una casa bastante grande y una suma de dinero a?n mayor que vuelve a ti esta noche a medianoche. Puedes quedarte todo el tiempo que quieras, o puedes volver a casa al lugar donde naciste y terminar tu ?ltimo a?o de secundaria.
Los labios de Kyoko se abrieron y sus ojos esmeraldas se hab?an agrandado mientras hablaba. "?Tengo una casa?"
Se ve?a un poco t?mido y le dijo: S?, est en las afueras de la ciudad y la tierra detrs de ella es tuya hasta donde alcanza la vista. Incluso tiene una piscina climatizada en el suelo dentro de los jardines de flores detrs de la casa que no se puede ver desde la carretera. Tendrs toda la privacidad que puedas desear".
Al verla morder su labio inferior, trat de aliviar sus temores. La casa no est en medio de la nada como este lugar. Hay una casa enorme al otro lado de la calle y siempre hay muchos coches entrando y saliendo. Lo he notado porque mi esposa y yo hemos ido a tu casa una vez al mes a limpiarla durante los ?ltimos quince a?os. Incluso recientemente lo hemos almacenado en caso de que decidas volver a casa.
Una lenta sonrisa se extendi por los labios de Kyoko mientras buscaba la ?nica cosa que siempre hab?a querido. Dentro de la carpeta hab?a una foto de una casa grande con un jard?n de flores bien cuidado y un largo camino de entrada. Hogar.... ten?a un hogar, un lugar donde su familia hab?a vivido y sido feliz.
Mirando de nuevo al Sr. Sennin, ella sonri una vez ms y le dio su respuesta. ?Cundo podemos irnos?
*****
Kyoko se par en el csped de enfrente mirando hacia la casa donde el Sr. Sennin dijo que una vez vivi con su familia. La casa era de dos pisos, de color blanco impecable, con enormes columnas que sosten?an el techo del porche delantero que atravesaba todo el frente de la casa. Ella hab?a estado all? de pie durante casi diez minutos, pero el sol se estaba poniendo rpidamente y concentr su atencin en la puerta principal.
Hab?a estado tan nerviosa al salir de la escuela de las ni?as y tomar un avin para cruzar el ocano, pero ahora que estaba en casa, una tranquila serenidad se hab?a asentado sobre ella. El Sr. Sennin hab?a sido de mucha ayuda enviando su equipaje delante de ella y haciendo que su esposa lo llevara a la casa. Incluso hab?a hecho que le enviaran los expedientes escolares a la escuela secundaria de la ciudad, de modo que ma?ana todo lo que tendr?a que hacer era presentarse a clase.
Viendo como los faros se mov?an por el frente de la casa, Kyoko mir por encima de su hombro a la residencia que estaba al otro lado de la peque?a carretera de dos carriles. La casa era ms o menos del mismo tama?o que la suya, pero diferente. Todas las luces de la otra casa estaban encendidas y con tantos coches en la entrada... parec?a llena de vida. Ambos estaban situados cerca de la carretera con nada ms que tierra a su alrededor hasta donde alcanza la vista. Era como si fueran los ?nicos aqu? en el borde del bosque y las monta?as.
Los faros en cuestin eran en realidad un jeep que se detuvo con una frenada ruidosa casi en la entrada principal de la otra casa. Escuch los engranajes antes de ver la puerta del jeep abierta. Volviendo, se dio cuenta de lo sola que estaba esta casa.
Al o?r el portazo del jeep, se baj de los escalones con la llave y cerr la puerta de forma protectora detrs de ella antes de que se encendiera la luz. Por alguna razn, no estaba preparada para conocer a los vecinos con su familia feliz y su vida normal. Encendiendo el interruptor de la luz, Kyoko solt la respiracin que no se hab?a dado cuenta de que hab?a estado aguantando.
*****
Toya tir del jeep hacia el parque y sali a mirar hacia la casa de enfrente. Podr?a haber jurado que hab?a visto a alguien parado en el patio delantero. Una oscura ceja se elev bajo su flequillo cuando la luz apareci en la habitacin delantera. Se apoy en el jeep preguntndose quin estaba en la casa Hogo.
?Compraste la pizza?
Toya casi salt de su piel cuando Kamui habl desde menos de un pie detrs de l.
?Maldita sea, Kamui! Un d?a te voy a arrancar la cabeza antes de que me d cuenta de que eres t? el que se me acerca as?.
Kamui sonri, ?No te bastaba con matarme una vez? Sus ojos de color polvo de estrellas se iluminaron al ver las cajas de pizza esparcidas por el asiento trasero. Sabiendo que Toya conduc?a, fue un milagro que sobrevivieran al viaje. Recogindolos, Kamui volvi a la casa y se dio cuenta de que Toya no se hab?a movido.
Siguiendo la l?nea de visin de Toya, mir al otro lado de la calle sin ver ning?n coche en la entrada. Apenas reconoci el hecho de que se ve?a una luz tenue en el piso de abajo. La anciana estuvo all? hoy temprano, probablemente limpindola de nuevo. Supongo que olvid apagar la luz. Kamui se encogi de hombros. ?Vienes?
?Quin te crees que eres, mi ni?era? Toya insult a medias y ni siquiera se molest en mirarle.
No, pero yo soy el gur? de la pizza y digo que, si no te apuras, no tendrs nada. Kamui se ech a re?r cuando oy el gru?ido de Toya.
Toya esper hasta que se qued solo en el camino de entrada antes de dirigirse a la finca Hogo. Hab?a estado en la casa muchas veces durante los ?ltimos quince a?os buscando pistas sobre dnde hab?a desaparecido la sacerdotisa. Cuando entraron por primera vez en el reino humano y entraron en la casa, los guardianes pensaron que era demasiado tarde. Rpidamente se dieron cuenta de que la sacerdotisa no hab?a estado entre los muertos. A?n pod?an sentir su fuerza vital dentro de este reino y los demonios tambin la segu?an buscando.
En el primer recuerdo que Toya ten?a de esta casa, hab?a habido ambulancias y coches de polic?a por todas partes. La madre y el padre estaban muertos, y los ni?os y el abuelo estaban desaparecidos. Sin revelarse a los humanos, los guardianes hab?an esperado y observado. Tan pronto como la casa estaba vac?a, entraron en ella... oliendo el mal olor que los demonios hab?an dejado a su paso.
Un par de d?as despus, el cuerpo del abuelo fue encontrado con el cuello roto. La oficina del forense dictamin que fue un accidente, pero los hermanos sab?an que no era as?. El viejo estaba agarrando un pergamino que Shinbe sac de la escena antes de llamar al 911. Shinbe fue tambin el que descifr el pergamino. El anciano se hab?a colado de nuevo en la propiedad y estaba en medio de un intento de construir la casa y la tierra consagrada para protegerse de los demonios cuando fue asesinado.
Los demonios nunca se alejaron de esta zona y con el tiempo, los humanos se dieron cuenta de que la ciudad estaba embrujada. Los federales incluso hab?an enviado a sus investigadores paranormales y extraterrestres muchas veces pensando que tal vez era una invasin alien?gena. Pero por lo general llegaban un poco tarde para encontrar las pruebas. Toya y sus hermanos trataban de llegar primero, de matar a los demonios o al menos de encubrirlo.
Durante quince a?os los guardianes hab?an vivido en la casa de enfrente y se hab?an mezclado con el resto de la humanidad lo mejor que pudieron. Kamui incluso se convirti en un genio de la informtica para evitar que el gobierno los marcara con una bandera roja. Nadie pregunt nunca cmo es que cinco jvenes ten?an un suministro interminable de dinero y una casa enorme en las afueras de la ciudad.
Toya se qued en las sombras mientras caminaba por la parte de atrs de la casa. Mirando a la piscina, not que hab?a sido reabierta recientemente. Su mirada se estrech en el agua cristalina y vio una tonalidad roja deslizarse a travs del l?quido como si lo alcanzara. Entrecerrando sus dorados ojos, dio un paso atrs.
La visin espeluznante desapareci cuando vio el vapor saliendo del agua caliente y trat de quitarse de encima la sensacin de que acababa de pisar su propia tumba.
Se encogi de hombros ante la posibilidad de que alguien pudiera haber vendido la casa. Si alguna vez se hubiera puesto a la venta, los guardianes habr?an sido los primeros en saberlo y lo habr?an comprado. Adems, si alg?n extra?o hubiera comprado en secreto el lugar, el hecho de que la casa est embrujada se deshar?a rpidamente de los nuevos propietarios... o al menos estar?a embrujada si fuera necesario. l y sus hermanos se asegurar?an de eso.
Toya mantuvo su mano sobre la cerradura de la puerta corrediza de cristal y oy un suave clic. Entrando, la cerr detrs de l y se qued de pie escuchando. La casa estaba tan silenciosa al principio que pens que se hab?a equivocado, pero luego oy una voz suave que ven?a de la sala de estar. Siguiendo el sonido, se detuvo cerca de la umbr?a de la puerta.
Hab?a una chica de pie frente a la fr?a chimenea y miraba por encima de ella a la pared. Toya levant la vista y vio el enorme retrato de familia que siempre hab?a estado all?. Era de un hombre con el pelo plateado, casi como el de Kyou. Pero el pelo de este hombre era ms corto, y slo llegaba hasta los hombros. Su cara parec?a muy joven, pero hab?a una mirada en sus ojos que manten?a la sabidur?a ms all de la de un simple humano.
El m?sculo en la mand?bula de Toya salt sabiendo que el hombre era mortal... muy humano, y muy poderoso por derecho propio. Este hombre una vez fue llamado mago... pero no en esta vida. Ahora los llaman cient?ficos y f?sicos. Los campos de torsin y los agujeros de gusano nunca fueron dise?ados para ser manipulados por los humanos. Su apariencia no hab?a cambiado sin importar cuntas veces l y su familia hab?an renacido en el mundo.
La mirada de Toya se dirigi a la bella mujer de pelo casta?o que se abrazaba a su lado. Ella sosten?a a un ni?o peque?o en sus brazos mientras el padre ten?a a una ni?a peque?a con cabello casta?o sentada en su regazo. Los ni?os no pod?an tener ms de un a?o de diferencia en edad. Toya hab?a venido aqu? tantas veces.... mirando la foto. Estaba seguro de que todos los guardianes lo hab?an hecho.
Los ojos de la ni?a brillaban como esmeraldas, incluso en el color apagado de la foto. Ten?a los ojos de su padre. Sus labios eran como si el fotgrafo le hubiera dicho que se quedara quieta y un rubor bonito le coloreara las mejillas.
Estoy en casa, mami. Kyoko extendi la mano y toc la elegante madera que enmarcaba el cuadro. Su vista se detuvo en su hermano peque?o mientras intentaba recordar su rostro. "Tama".
Los ojos de Tama eran del mismo color que los suyos, aunque en la foto algunos de los azules celestes a?n no se hab?an desvanecido... pero ella pod?a ver su verdadero color. Sonre?a como si acabara de hacer algo maravilloso... tan lleno de vida. El Sr. Sennin dijo que Tama hab?a desaparecido cuando sus padres fueron asesinados. ?Podr?a estar todav?a por ah? en alguna parte?
Ojal estuvieras aqu? conmigo, Tama. Ser?a bueno conocer al menos a una persona en la escuela ma?ana.
Toya se olvid de respirar cuando extendi la mano y agarr el marco de la puerta para estabilizar sus repentinas y dbiles rodillas. Dio un rpido paso atrs, ms profundo en las sombras mientras la chica daba un giro completo para mirar alrededor de la habitacin. Cuando sus ojos color esmeralda captaron la luz... el aliento que hab?a estado conteniendo sali de l como si le hubieran dado un pu?etazo en el estmago.
Ten?a el pelo largo y casta?o, y en ese momento sus labios volvieron a estar en un estado de melancol?a. Sus ojos dorados se deslizaron por el uniforme de la escuela, como slo hab?a visto en las pel?culas de institutos catlicos. La falda era corta, recordndole el uniforme de una animadora, seguida de unas largas piernas bien formadas. Ella desabroch la camisa lo suficiente para que Toya supiera que las monjas no lo aprobar?an.
l la hab?a visto antes... al otro lado del corazn del tiempo. La estatua de la doncella que sosten?a el portal del tiempo en sus manos... esta muchacha imitaba la piedra, nacida en carne y hueso. Hab?a encontrado a la sacerdotisa y era impresionante. Cerr los ojos ante el recuerdo fantasmagrico de haberla besado... no era su recuerdo para guardarlo.
Kyoko se mordi el labio inferior sintindose asustada ahora que estaba en el mundo sin la Sra. Estupidez y todas sus reglas. Tal vez fue porque era su primera vez para todo. "Vamos Kyoko", dijo en voz alta para romper el estruendoso silencio mientras recog?a su maleta. "Si quieres estar lista para la escuela ma?ana, entonces ser mejor que vayas a buscar un dormitorio y deshagas la maleta."
Toya se qued all? unos momentos ms... aprendiendo de nuevo a respirar.
*****
En las colinas, millas detrs de la casa Hogo, se pod?a sentir un temblor cuando el aroma de la sacerdotisa era llevado a travs de la tierra por el viento de octubre. Los ojos rojo sangre se abrieron y se pudieron o?r las garras de los demonios raspando contra los muros de piedra mientras la alcanzaban.
Un sinf?n de cavernas y t?neles hab?an sido excavados hace mucho tiempo por esas mismas garras. T?neles que hab?an sido lentamente transformados en elaborados pasillos iluminados por la luz de las antorchas de los candelabros de piedra. Tallados de victorias demon?acas decoraban casi todas las superficies, mientras que la roca de cuarzo natural en el suelo a?ad?a un lustre brillante al entorno, que de otra manera ser?a oscuro y l?gubre.
Las grandes cavernas se transformaron en habitaciones separadas que conten?an dormitorios, cuartos de ba?o e incluso lo que se habr?a pensado que era un saln del trono con una silla tallada en una roca negra resbaladiza. Se incrust ms piedra de cuarzo en las paredes de las habitaciones, reflejando la tenue luz de las antorchas y amplificndola. Tambin se hab?an encontrado piedras semipreciosas incrustadas en las paredes, mientras que de los techos colgaban largas cortinas de seda y brocado... adquiridas por medios desconocidos.
Era un castillo construido bajo tierra para proteger una cosa muy preciosa, incluso ms preciosa que las piedras de las paredes.
Dentro de las entra?as de las cavernas, en una de las habitaciones, los ojos verde esmeralda se ve?an ensombrecidos por la curiosidad mientras miraban rpidamente al techo cubierto de seda, preguntndose qu hab?a agitado a los demonios. Sintiendo que el aire quieto se agitaba al lado de su cama, busc encontrar al hombre que lo hab?a criado desde ni?o y que le hab?a dado todo lo que siempre hab?a querido... incluso el poder de controlar a los demonios.
Hyakuhei, ?nos han encontrado los guardianes? Tama pregunt casi esperando la pelea. Ser un adolescente ya era bastante dif?cil para un chico normal... ...y Tama no estaba ni cerca de la normalidad.
Las comisuras de los labios de Hyakuhei se curvaban ligeramente en el tono de una sonrisa. Todo dentro de l se calm mientras inhalaba. Es el aroma de la sacerdotisa lo que ha hecho temblar a los demonios esta noche... Creo que ha vuelto a casa.
Los ojos de Tama se iluminaron con una oscura excitacin. ?Mi hermana finalmente ha vuelto a nosotros? Arroj sus sentidos hacia afuera, tratando de sentirla usando el poder que Hyakuhei hab?a compartido con l. Inhal profundamente, saboreando la dulzura del aire, pero tambin pudo saborear el poder de los guardianes cercanos.
Si hubieran dejado que Hyakuhei se fuera con su hermana en paz, entonces nada de esto habr?a ocurrido. Son criaturas malvadas... pensando que son mejores que los demonios. Fue culpa del guardin que los demonios fueran a por su familia cuando llegaron a este mundo.
A su llegada, los demonios hab?an corrido libres... matndolo a l y a sus padres porque Hyakuhei hab?a sido herido al segundo que Toya hab?a destrozado El Corazn del Tiempo. Esa herida le hab?a costado al se?or de los demonios el control sobre los demonios por un tiempo.
Hyakuhei todav?a estaba dentro del portal del tiempo cuando fue destrozado... ...causando que su cuerpo corpreo se convirtiera en una sombra para no ser destruido. Si los guardianes no hubieran hecho eso, entonces Hyakuhei habr?a seguido controlando a los demonios. Ni Tama... ni su madre y su padre habr?an sido asesinados.
Hyakuhei lo hab?a encontrado tirado en su cuna. Los demonios no hab?an da?ado su cuerpo como lo hicieron con sus padres, pero estaba muerto de todas formas. Recordando cunto hab?a amado la sacerdotisa a su hermano peque?o en el pasado... Hyakuhei us las fuerzas que le quedaban para recuperar su fuerza vital, reviviendo el alma que a?n no hab?a abandonado el cuerpo.
Todo este tiempo, l y su salvador permanecieron ocultos de los guardianes, esperando el regreso de Kyoko. Durante los ?ltimos a?os, Hyakuhei recuper lentamente algo de su fuerza, pero a?n as? se agot cuando us esa energ?a para convertir su cuerpo de una sombra en carne y hueso. Tan pronto como se gastaba esa reserva de energ?a, volv?a a ser una sombra. La ?nica ventaja de ser una sombra era que pod?a espiar a los guardianes... incluso estar en la misma habitacin con ellos y nunca lo sabr?an.
Muchas veces, cuando Tama era un ni?o, le preguntaba en silencio a Hyakuhei por qu no enviaban a los demonios a atacar a los guardianes. l simplemente hab?a respondido, "No hay necesidad de guerra cuando no hay nada por lo que luchar todav?a". Como Hyakuhei hab?a usado su fuerza vital para devolverle la vida, no slo pod?an comunicarse a travs de un v?nculo mental, sino que Tama tambin pod?a ver las sombras de los recuerdos de Hyakuhei desde su punto de vista... sentir sus sentimientos. Sab?a que Hyakuhei ten?a razn al esperar.
Tama record las historias que Hyakuhei le hab?a contado sobre su hermana. Historias de la chica humana que accidentalmente atraves el portal del tiempo hace tanto tiempo... ...trayendo un pueblo entero de humanos con ella al reino de los demonios. Hyakuhei y su hermano gemelo Tadamichi hab?an evitado que los demonios mataran a Kyoko y a los humanos que de repente se encontraban dentro del enorme reino de los demonios.
Mientras estaban bajo su proteccin, Hyakuhei se hab?a enamorado de ella y le hab?a dado el poder de ser su sacerdotisa... el poder de cruzar entre mundos para que ella pudiera volver a l. En un ataque de celos, su hermano gemelo Tadamichi le hab?a robado y la hab?a devuelto a su propia dimensin, sellando el portal entre los mundos. Hab?a sido un acto malicioso lleno de celos por la sacerdotisa.
El corazn de Hyakuhei se hab?a destrozado. Se hab?a alejado de su hermano con ira y reclamaba a los demonios como sus nuevos aliados. Convertirse en su maestro, su guerra con los guardianes hab?a sido por una razn... para encontrar un camino a travs del corazn del tiempo para poder reclamar a su sacerdotisa perdida. Debido al poder que le hab?a dado, la sacerdotisa era ahora inmortal... reencarnndose una y otra vez como la llave del portal entre los mundos. Pero con el paso del tiempo, hab?a olvidado su verdadero poder y su amor por Hyakuhei.
Los ojos de Tama ard?an de odio hacia Tadamichi y los guardianes. ?Qu harn con ella? imagin el retrato que hab?a visto en la sala de su familia cuando entraba y sal?a de la casa sin que los guardianes se dieran cuenta. Ella era encantadora y l quer?a a su hermana de vuelta.
Hyakuhei silenci a los demonios que esperaban su orden sabiendo que tendr?a que tener cuidado por ahora. Mir al joven que hab?a criado para ser el pr?ncipe oscuro de los demonios... el hermano peque?o de Kyoko. Cuando atraves por primera vez el portal del tiempo, vino a por Kyoko, quer?a criarla a su lado hasta que fuera mayor de edad para que l la reclamara. Pero el viejo la hab?a escondido de los demonios que hab?an atacado a la familia.
Sus demonios ms letales ya hab?an matado al chico y a sus padres antes de que pudiera agarrarlos. Eran los mismos demonios que ahora ten?a encerrados en su cuerpo para poder tener poder sobre ellos. Sin su control frreo, los demonios habr?an matado a todos los humanos con los que se hubieran cruzado... esparciendo la muerte como una plaga.
Sabiendo que Kyoko a?n estaba viva y que un d?a volver?a, quer?a un regalo para ella... su hermano peque?o. Le dio a Tama algo de su fuerza vital junto con el poder de ayudarle a gobernar sobre los demonios. Desde el primer momento en que Tama respir, tuvieron un v?nculo teleptico. Y aunque el ni?o nunca hab?a dicho una palabra hasta hoy... pod?an o?r los pensamientos del otro. Desde entonces, Tama hab?a permanecido a su lado voluntariamente... como su hermana lo hab?a hecho una vez.
Ya es mayor de edad... la desearn. El enojo de Hyakuhei ante el pensamiento se pod?a escuchar en su voz. Intentarn ganarse su confianza dicindole que la estn protegiendo de los demonios. Una vez que se haga amiga de ellos, intentarn reclamarla a ella y a su poder para controlar el portal del tiempo.
As? que est a salvo por ahora, reflexion Tama. Pero no podemos dejar que se quede con ellos. Ella no pertenece a ese lugar. Su iris esmeralda se expandi y luego se oscureci hasta el bano. ?Tienes un plan?
Tendremos que ser astutos. No pude traer muchos demonios conmigo a este mundo y mis propios poderes son fugaces. Cuando los poderes de tu hermana sean despertados por los guardianes y nos reunamos, mis poderes sern restaurados. Hyakuhei pod?a sentir la influencia de los demonios dentro de l mientras hac?an temblar las paredes de su prisin, deseando el poder que hab?a dentro de la sacerdotisa. Si los demonios pod?an llegar a ella, la obligar?an a abrir el portal del tiempo y dejar que el resto de los demonios entraran en este dominio.
Gru? sabiendo que no slo tendr?a que ser ms listo que los guardianes... tambin tendr?a que ser ms listo que los demonios. Hab?a descubierto que la ?nica forma de vencer el mal era ser mucho ms.
Una vez que tu hermana est a mi lado, traer mi ejrcito y los guardianes ya no sern un obstculo. Por ahora, esperan que los demonios vengan a por ella, y lo harn, le inform Hyakuhei.
Mientras los guardianes estn ocupados, Kyoko ser contactada por su hermano perdido hace tiempo y l le advertir del enga?o de los guardianes. Pero debemos tomarnos nuestro tiempo y ser cuidadosos o la pondremos en peligro. Si piensan que ella va a traicionarlos... entonces no despertarn su poder. En cambio, se volvern contra ella.
Los celos retorcieron la voz de Tama al sentir la atraccin de las mentes de los demonios a su alrededor, No pueden retenerla.
No, Hyakuhei sonri conociendo un plan a?n ms profundo, Pero primero... dejaremos que piensen que pueden.
Cuando Tama frunci el ce?o y le mir de nuevo, Hyakuhei se hab?a desvanecido. Usando su telepat?a para comunicarse, pregunt, ?Vas a verla? Su voz era melanclica y llena de melancol?a. Quer?a ver a su hermana, pero sab?a que ten?a que esperar a Hyakuhei para asegurarse de que estaba a salvo.
Shhh, el susurro de Hyakuhei estaba embrujado mientras cortaba la conexin entre l y Tama. Otro beneficio de ser una sombra fue el teletransporte. Se materializ dentro de la sala de estar frente a la imagen que la sosten?a a ella y a Tama. Su atencin se dirigi lentamente hacia las escaleras.
Negndose a teletransportarse, se forz a s? mismo a soportar cada gramo de dolor que el retraso le causaba mientras sub?a las escaleras y se apoyaba en el marco de la puerta abierta cuando ella apareci. Sab?a que verla le doler?a y sabore cada momento. Su maleta estaba abierta en la cama y ella caminaba de un lado a otro, colgando ropa en el vestidor.
Era la ?nica en el mundo que ten?a la habilidad de simplemente quitarle el aliento sin siquiera intentarlo. Su pelo casta?o estaba en largas capas con rizos sueltos... el cuerpo de una diosa... su sacerdotisa. l observ como ella disminu?a la velocidad y luego se deten?a junto a la cama, aparentemente perdida en sus pensamientos. Se arrastr hasta el colchn y se acurruc en una bola, abrazando una de las almohadas a su pecho.
Est tan tranquilo aqu? mam... pap. Desear?a que Tama volviera a casa. Entonces quizs el silencio no ser?a tan ensordecedor, Kyoko suspir mientras yac?a de lado en la cama sin molestarse en arrastrarse bajo las sbanas. Parpadeando un par de veces sinti que el cansancio la reclamaba.
Hyakuhei se sent en la cama a su lado, observando su respiracin. No tardar mucho, Kyoko... conseguirs tu deseo. Nunca ms te sentirs sola. Usando la energ?a de un momento, su cuerpo cobr vida cuando tom la cubierta de la cama. Lentamente la desliz hacia arriba y sobre su cuerpo, luego se inclin y bes suavemente su sien antes de desaparecer.
*****
?Nos matar a todos si no queda nada de pizza! Kamui ten?a un apretado agarre en un extremo de la caja de la pizza mientras que Shinbe y Kotaro ten?an un agarre mortal en el otro extremo. Kamui se solt tan pronto como la puerta se abri y luego se ri cuando Shinbe y Kotaro lentamente dejaron la caja frente a la silla de Toya como si la hubieran estado protegiendo para l.
Cuando Toya no se fue con ellos como lo hac?a normalmente, Kyou levant la vista de su porttil y vio a Toya sentarse en la mesa... en el asiento equivocado. l arque hacia un lado una ceja oscura cuando Shinbe y Kotaro se encogieron de hombros y abrieron la caja de la pizza de Toya. Ellos empezaron a devorarla. Toya ni siquiera los mir.
Toya, Kyou incit, yendo en alerta mxima cuando Toya no lo reconoci.
Cerrando el porttil, agarr el hombro de Toya y comenz a sacudirlo pero Toya se estremeci, mirndolo como si saliera del shock. Kyou se pregunt en silencio si Toya hab?a encontrado otro demonio que estaba al acecho cerca de la casa. Extendi sus sentidos invadiendo el aura de su hermano pero no sinti ning?n indicio de contacto con los demonios... en cambio encontr algo ms perturbador.
?Ha ocurrido algo? Kyou pregunt al o?r el rpido golpe de la sangre de Toya justo debajo de su piel.
Toya asinti... entonces asust a todos en la mesa cuando sus labios se levantaron en una sonrisa. Toya nunca sonri. Creo que tenemos que ir a la escuela ma?ana.
Toma, ?quieres que te devuelva tu pizza? Shinbe dej caer la pieza que acababa de morder y golpe la mano de Kotaro, haciendo que tambin dejara caer la pieza robada en la caja. La desliz lentamente por la mesa hasta que estuvo delante de Toya.
Podr?as haber peleado con nosotros en lugar de asustar a todos con esa espeluznante sonrisa, se quej Kotaro.
No creo que estuviera bromeando, dijo Shinbe mientras cerraba sus ojos de amatista con los grandes ojos dorados de Toya. Se inclin hacia atrs en su silla ahora que todos estaban prestando atencin. Viendo la mirada aturdida tratando de volver a los ojos de Toya, suspir. ?Y por qu querr?amos unirnos de repente a los fenmenos del instituto Hormonas Somos Nosotros?
Porque la chica que acaba de mudarse al otro lado de la calle empieza all? ma?ana. La respiracin de Toya era un poco irregular ahora que finalmente lo hab?a dicho en voz alta.
Cuando varias sillas se retiraron de la mesa, Kyou golpe con las palmas de las manos la mesa con un golpe. ?Sintate! ?Abajo! Era como presionar el botn de pausa de la TV y luego rebobinarlo muy lentamente. Una vez que todo el mundo hab?a obedecido, se volvi hacia Toya. D?ganos de qu est hablando.
Est sola... es ella. Toya frot su sien a pesar de que sab?a que los guardianes no pod?an tener dolores de cabeza. Kyoko... Ella estaba hablando con el lanzador encima de la chimenea. As? es como s que ella comenzar la escuela ma?ana.
?Cmo es ella? Kamui pidi que le dieran la misma mirada en sus ojos que hab?a perseguido a Toya slo un momento antes.
No habl con ella, Toya admiti entonces que sus hombros cayeron una pulgada. No pude, pero ella estaba vestida como lo hacen en esos internados.
Podemos averiguar dnde ha estado si sus registros ya han sido transferidos a la escuela local, a?adi Kotaro de forma ?til.
Estoy en ello, Kamui intrpidamente arrebat el porttil de Kyou. Conoci una puerta trasera en la base de datos del sistema escolar porque comprobaba regularmente todas las escuelas de los alrededores en busca de se?ales de cualquiera que entrara y saliera de la edad de Kyoko o Tama.
?Ests seguro de que es ella? Kyou le pregunt a Toya mientras se inclinaba hacia adelante en su silla.
La habr?amos conocido en cuanto la viramos. Kyoko se parece a la estatua de la doncella... pero viva. Toya cerr los ojos saboreando el hecho de que hasta ahora l era el ?nico que la hab?a visto. Si l tocaba la parte de l que era Tadamichi... entonces l podr?a incluso recordar a qu sab?a ella. Si los otros guardianes supieran su secreto, se habr?an puesto celosos. Ojos verdes esmeralda, pelo casta?o pero parec?a frgil... como si todav?a fuera una ni?a.
Yo dir, Kamui acord mientras sus ojos se abr?an en la pantalla. Sus registros indican que ha estado viviendo en una escuela de chicas en el medio de la tierra de nadie desde que ten?a tres a?os. Kyoko Hogo, 17 a?os. Toda la informacin est aqu? e incluso tengo su horario de clases para ma?ana". Frunci el ce?o pensativamente, Pero no veo nada de que su hermano empiece la escuela con ella.
Toya sacudi su cabeza. S que esperbamos que estuvieran en alg?n lugar seguro juntos, pero Tama nunca estuvo con ella. Ella est completamente sola all?. Recurdame otra vez por qu no podemos decirle quines somos. Ya sab?a la respuesta, slo le molestaba porque quer?a dec?rselo.
Kamui mir desde el porttil mientras respond?a primero. Hemos hecho esta votacin antes. Cualquiera en su sano juicio llamar?a a la polic?a si les dijramos quines somos realmente. Ella es humana Toya... sin idea de nada que tenga que ver con ser una sacerdotisa. Tenemos que ser cuidadosos.
Shinbe dijo: Adems, lo ?ltimo que necesitamos o queremos son los federales husmeando porque la polic?a nos investiga por acosar a la chica de al lado. Y si los demonios descubren que la sacerdotisa ha vuelto, probablemente armarn un buen l?o que har que los federales vuelvan a la zona de todos modos. Ser bastante peligroso con todos nosotros apareciendo en la escuela ma?ana.
Es ms, si nos levantamos y le decimos que los demonios vinieron a por ella a la edad de tres a?os y nos cree... entonces probablemente se culpar?a a s? misma por el asesinato de su familia, Kotaro aport, como otra razn justificable.
Toya mir a los otros guardianes, una vez ms no le gustaron las respuestas. Usted ha pensado demasiado esto, ?no?
?Qu esperas? Hemos tenido quince a?os para darle la vuelta a esa pregunta. Kamui le dio a Toya una sonrisa de disculpa.
Shinbe, creo que deber?as ir a revisar las salas de los demonios que rodean la casa. Kyou asinti con la cabeza a Shinbe y de repente slo hab?a cuatro de ellos en la habitacin.
Maldicin, se fue tan rpido que sent? una brisa. Kotaro se frot los brazos como si la corriente de aire lo hubiera enfriado.
Los dedos de Kamui volaron a travs del teclado mientras hablaba, Siempre lo he tenido preparado como si todos hubiramos sido educados en casa por nuestro padre adoptivo y todos estamos en el 12? grado. A partir de ma?ana, nos cambiaremos a la escuela p?blica para que podamos graduarnos como adolescentes normales.
Oh, eso no enviar una bandera roja en absoluto, dijo Kotaro sarcsticamente. Cinco hermanos empezando en el mismo grado, al mismo tiempo. Incluso si los profesores entienden lo que est pasando, seguiremos siendo la comidilla de la escuela por los estudiantes. No es como si tuviramos una oportunidad de encajar con los adolescentes reales.
Intntalo, Kamui le dio una mirada al ras. De todas formas, dame algo de crdito. Escalonar nuestro horario para que uno de nosotros est en la clase de Kyoko todo el tiempo. He tenido nuestros registros escolares actualizados cada a?o desde el jard?n de infantes, as? que nuestra edad coincidir?a con la de ella si alguna vez regresara.
Slo por curiosidad", Kotaro sonri, Pero, ?y si la sacerdotisa hubiera vuelto a los diez a?os?
Djame en paz, Kamui lo fulmin con la mirada. O har que tus notas apesten.
Cambiando completamente de tema, Kyou coment: Si estoy en lo cierto, los demonios no pudieron localizarla porque el internado estaba en tierra sagrada... por la misma razn que nosotros no pudimos encontrarla. Hasta ahora, los demonios se han extendido causando estragos slo aqu? y all. Pero ahora, atraparn su olor y volvern uno por uno.
Su voz se volvi tan fr?a que absorbi el calor de la habitacin, Y slo porque no hayamos encontrado ninguna se?al de Hyakuhei en este mundo no significa que no est aqu?.
Sabemos que est aqu?, Toya gru? sintiendo que su odio se encendi y se calm instantneamente. Vinimos a este mundo para poder estar con ella y protegerla. Ella no deber?a estar all? sola ni siquiera por un minuto.
Todos estamos de acuerdo con usted Toya... pero usted tiene que recordar que ella es una inocente. Por eso vamos a convertirnos en sus nuevos mejores amigos, le inform Kyou.
?Cmo se supone que vamos a hacer eso? Toya se apresur a responder.
?Tu mami nunca te ense? a hacer amigos? Kamui sonri, pero sus ojos se abrieron cuando Toya se levant rpidamente.
Toya not que Kamui se estremeci y levant una ceja oscura. Voy a ver por qu tarda tanto Shinbe.
*****
Shinbe confirm que sus guardias demon?acas no hab?an sido perturbadas, aunque le preocupaba el hecho de que los demonios no fueran su ?nico problema. El hecho de que Hyakuhei hubiera roto la barrera alrededor de El Corazn del Tiempo hablaba mucho del peligro que la sacerdotisa estaba realmente en peligro. Claro que las barreras ayudar?an a esconderla y evitar?an que los demonios ms dbiles cruzaran las l?neas, pero no ser?a suficiente para detener a Hyakuhei si sal?a de su escondite.
Una cosa que sab?a de Hyakuhei era que el se?or de los demonios era lo suficientemente paciente... ...como para fingir estar muerto durante los ?ltimos quince a?os. Los demonios que los guardianes hab?an atrapado husmeando, los hab?an destruido. Pero ahora que la sacerdotisa estaba aqu?... no se sab?a qu iba a salir de la carpinter?a. Necesitar?a una mejor proteccin.
Cuando not que una de las luces de arriba se encendi, Shinbe rpidamente escal los muros exteriores sin poder evitarlo. Se sinti como si su alma misma se hubiera acercado a ella. Sus ojos de amatista brillaban cuando miraba por la ventana y la ve?a de pie dentro del enorme ba?o. Toya ten?a razn... l la habr?a conocido al verla.
Observ sus movimientos grciles cuando ella se meti en la ducha para probar la temperatura del agua. l intent dar la espalda, pero cuando ella comenz a desabrochar su camisa hab?a sido l quien la hab?a desabrochado... l estaba congelado en el lugar.
As? es como se ver?a la estatua de la doncella sin ropa, Shinbe respir y luego comenz a subir ms alto para poder ver ms de ella que slo de la cintura para arriba. De repente perdi su agarre en la pared cuando un brazo rode su cuello y lo tir hacia atrs.
Toya gru? cuando cay al suelo de espaldas, pero no fue tan malo como que Shinbe cayera sobre l. ?Qu?tate de encima! Toya rezong.
Suelta mi cuello y lo har, sise Shinbe mientras clavaba el codo en las costillas de Toya.
Toya empuj a Shinbe y rpidamente se puso de pie. Se supone que deber?as estar revisando las salas de los demonios, no... Hizo un gesto hacia la ventana, ... eres un pervertido, ?lo sab?as?
Slo quer?a verla. Shinbe comenz a mirar hacia la ventana pero el peligroso gru?ido de Toya lo detuvo.
Creo que ya has visto suficiente. Los ojos dorados de Toya se arremolinaron por capricho.
Shinbe debati recordndole a Toya que hab?a mucho ms que ver pero que sab?a cundo no deb?a presionar a su suerte. Bien, siempre est el vestuario de las chicas en la escuela ma?ana. Eso le vali una agitada bofetada en la cabeza, pero se ri.
Vamos, tenemos una reunin a la que asistir. Toya empez a volver a su casa empujando a Shinbe delante de l todo el camino.
Todo el humor dej la cara de Shinbe mientras le contaba al grupo sus temores sobre la debilidad de la barrera. "S que hemos matado a muchos de los demonios que rondan la zona esperando por ella, pero a veces me pregunto si hemos olvidado el verdadero problema."
Haremos turnos para vigilarla esta noche. La orden de Kyou comenz la vieja discusin sobre quin ir?a primero, pero Kyou gan.
En su forma de sombra, Hyakuhei se apoy en la pared ms lejana de la misma habitacin donde ten?an su reunin secreta. Apenas prestaba atencin a sus sobrinos mientras su mente se dirig?a a la calle donde dorm?a la chica en cuestin. Pens que era triste que a?n evitaran decir su nombre y se pregunt si era la culpa lo que les imped?a hacerlo.
Cap?tulo 3 "Las hormonas son nuestra escuela secundaria"
Kyoko hab?a estado frustrada toda la ma?ana tratando de averiguar qu ponerse. No era como si tuviera mucha seleccin ya que hab?a usado lo mismo todos los d?as en el internado. Afortunadamente encontr un trozo de color que iba con su aburrido conjunto.
Una de las chicas le hab?a regalado una camisa el a?o pasado para Navidad. Era verde esmeralda, corta y con volantes. Siempre le hab?a encantado, pero nunca hab?a tenido la oportunidad de usarla. Ahora que se la hab?a puesto con una de sus faldas negras de la escuela, se sent?a casi emocionada ante la perspectiva de ir de compras despus de la escuela y reemplazar su guardarropa.
El Sr. Sennin le hab?a dado la tarjeta bancaria junto con la informacin de su cuenta ayer en el avin. Kyoko casi hab?a gritado en voz alta cuando l le dijo el saldo de la cuenta. Se alegr de no hacerlo cuando l agreg el hecho de que la tarjeta era slo de la cuenta de recreo. Sus verdaderas pertenencias estaban en una cuenta completamente diferente.
Ahora se enfrentaba a su primer dilema... cmo llegar a la escuela. No permit?an que las chicas obtuvieran su licencia de conducir en el internado y ella no ten?a ni idea de si el autob?s ven?a por esta calle... no es que el conductor del autob?s supiera que ten?a que recogerla de todos modos. Se sorprendi de su pensamiento cuando una bocina son afuera.
Abriendo la puerta delantera, Kyoko sonri y salud al taxi. Gracias Sr. Sennin",
susurr mientras tomaba su mochila y se dirig?a a la entrada.
Bueno, eso responde a esa pregunta. Shinbe se subi al asiento del pasajero del jeep de Toya mientras que Kyou y Kamui se dirigieron al elegante mustang negro. Slo espero que el hechizo de barrera que le puse anoche pueda esconderla lo suficiente para evitar que cualquier demonio extraviado asalte el instituto.
Toya apret los dientes sabiendo que todos los guardianes hab?an estado en su dormitorio por separado anoche, pero la idea de lo cerca que Shinbe debi estar para lanzar ese hechizo le estaba irritando.
Kotaro se puso sus gafas de sol y cruz su pierna sobre la parte trasera de su motocicleta. El ?ltimo en llegar tiene que hacer los deberes de todos.
*****
Queriendo ver a su hermana por s? mismo, Tama se sent en la pared de ladrillos de tres pies de alto frente a la escuela secundaria. Mir a Hyakuhei, que estaba apoyado en el ladrillo justo a su lado, aunque Tama sab?a que nadie ms ser?a capaz de verlo, ya que era una sombra. Hasta ahora hab?a guardado silencio mientras ambos miraban a los estudiantes que entraban en la escuela.
Con su corte de pelo de patinador y su ropa nueva, Tama se mezcl con los otros estudiantes mientras miraba y esperaba. Sus ojos verde esmeralda se escondieron detrs de la oscuridad de sus pensamientos por un momento mientras sent?a el poder de los guardianes pasar cerca y entrar en la escuela. No los mir por el riesgo de que su odio se manifestara.
Anoche, hab?a enviado a uno de sus demonios a vigilar su casa y a avisarle si su hermana se iba. En alg?n momento de la madrugada, uno de los guardianes la hab?a matado. Como amo del demonio... hab?a sentido su muerte violenta. Sab?a que controlar a los demonios no era lo mismo que tener mascotas, as? que no le molestaba cuando uno mor?a. A veces, sent?a ganas de matarlos l mismo cuando uno de los demonios escapaba de su poder y her?a a un humano... o algo peor.
Sintiendo un aumento de la energ?a a su alrededor, gir la cabeza para ver a una chica que se alejaba de un taxi que se hab?a parado en la parte delantera de la escuela. Los labios de Tama se separaron sabiendo sin duda que era Kyoko. Ten?a un largo cabello casta?o con grandes y sueltas ondas que rebotaban mientras caminaba. Parte de l estaba recogido en una cola de caballo cerca de la parte superior de su cabeza, mientras que el resto lo dejaba colgando casi hasta su cintura. Mir hacia l con ojos de esmeralda brillante y luego rpidamente mir hacia otro lado como si estuviera nerviosa.
Hyakuhei mantuvo su aura oculta mientras ella se acercaba a ellos. El hecho de volver a verla tan pronto le hizo sentir una repentina necesidad. Pod?a o?r los latidos de Tama acelerarse mientras el chico le susurraba en su mente... "Est aqu?, ?verdad?
S?. La voz de Hyakuhei era una mezcla de emociones mientras los recuerdos resurgieron para atormentarlo. Es hora de dejar nuestro regalo a los guardianes.
Tama sonri malvadamente cuando levant la mano y se quit a la viuda negra del hombro, dejndola sobre el ladrillo a su lado. Vio como Hyakuhei pas su mano por el arcnido venenoso, haciendo que pareciera ms una caricia que lo que realmente era. La sombra que la ara?a proyect en el sol de la ma?ana abri sus ojos rojo sangre.
*****
Kyoko estaba hecha un manojo de nervios cuando entr en el edificio. Se sent?a como si alguien la estuviera observando y la sensacin dejaba escalofr?os en sus brazos. Este lugar no se parec?a en nada al internado. Algunos de los chicos que acaba de pasar hac?an de todo, desde fumar cigarrillos, hasta besuquearse ah? mismo en frente de la escuela. Como si eso no fuera suficiente... lo que llevaban puesto la hac?a sentir casi inferior.
Casi perdiendo los nervios, Kyoko se dio la vuelta y puso su mano contra la puerta queriendo salir corriendo. Mirando a todos los estudiantes, sus ojos volvieron al chico sentado solo. Ella hab?a notado que l la miraba mientras sal?a del taxi y l segu?a mirndola. Era ms alto que ella, pero ms o menos de la misma edad, con un cuerpo letal que la moda alternativa no escond?a del todo.
Le recordaba algo que sabes que es peligroso, pero que de todas formas te apetec?a. Viendo el sol brillar en sus ojos mientras inclinaba la cabeza, ella podr?a jurar que sus iris cambiaron de negro a verde brillante. Imaginando que era slo su imaginacin, Kyoko se dio la vuelta y suspir sabiendo que era el momento de enfrentarse a la m?sica.
Tratando de evitar el contacto visual con cualquiera, se dirigi a las puertas de cristal con la palabra "OFICINA" pegada al lado. Inclin la cabeza hacia todas las chicas que estaban alrededor de las puertas mirando y susurrando. Capt todo tipo de comentarios de, mira ese trasero, a los que yo llamo "yo la vi primero".
Una vez dentro de la habitacin con la puerta cerrada detrs de ella, Kyoko mir a su alrededor notando que era incluso ms ruidoso aqu? dentro de lo que hab?a sido en el pasillo. Empez a ir hacia el escritorio largo pero se detuvo al ver a varios estudiantes frente a ella.
La secretaria apret su lengua con enojo. Ni siquiera he tenido tiempo de revisar el fax, as? que tendrn que sentarse hasta que pueda organizar sus horarios.
Nuestros horarios ya estn aprobados y deber?an estar con el resto del papeleo. La voz de Kyou estaba helada. Si la anciana lo hubiera conocido mejor, se habr?a tropezado con ella misma para hacer lo que l le pidi. Con una mirada al fax, se encendi y comenz a imprimir.
La mirada de Kyoko se fij en el tipo cuya voz le hab?a dado escalofr?os, pero en cuanto lo vio, sus labios se separaron. No es de extra?ar que hubiera una multitud de chicas espiando las puertas. Ten?a el pelo ms largo que jams hab?a visto en un hombre y era blanco-plateado... no como el color de un viejo, pero de aspecto suave y vibrante. Su ropa era la de un ni?o rico y parec?a que estaba acostumbrado a salirse con la suya. La sonrisa que le dio a la secretaria era malvada y fr?a, pero su cara era pura perfeccin.
Parec?a que deber?a haber estado en una sesin de fotos en alg?n lugar para esos anuncios de ropa interior de Calvin Klein. Sus mejillas se calentaron cuando su expresin se suaviz instantneamente y l la mir como si hubiera escuchado sus pensamientos. Kyoko dio un paso atrs, alejndose de l. La alfombra era mucho ms segura de mirar.
?Eres Kyoko Hogo? La se?ora prcticamente grit desde detrs del escritorio.
La mirada de Kyoko se levant y asinti con la cabeza, sin que le gustara el foco de atencin.
Aqu? est su agenda. La dama sostuvo el papel pero mantuvo los ojos en el tipo que estaba delante de ella. Su abogado tuvo la previsin de enviarle la informacin la semana pasada en vez de a ?ltima hora. Su voz no podr?a haber sido ms dulce si le hubieran puesto az?car. Kyoko sab?a que el sarcasmo era para el tipo con el que hab?a estado discutiendo y no para ella.
Puedes ir a tu primera clase. Hizo un gesto con la mano a Kyoko hacia la puerta y luego se volvi hacia los dems: No puedo creer que tenga que hacer seis nuevas inscripciones en un d?a.
Kyoko se dio la vuelta y corri hacia la puerta slo para encontrar a uno de los tipos que la abr?a. Ya estaba bastante avergonzada, as? que sin siquiera mirarlo directamente, rpidamente murmur, "Gracias", mientras se escabull?a.
Volvi a salir al pasillo y puso varios pies entre ella y las chicas babeantes antes de que finalmente sintiera que el nivel de tensin se desplomaba. Mirando el papel y volviendo a los enormes pasillos, Kyoko not que se dirig?an en diferentes direcciones, incluso subiendo los escalones. Genial... ?cmo se supone que voy a encontrar la habitacin 101?
Sube las escaleras y la primera puerta a tu izquierda," dijo Tasuki mientras se inclinaba sobre su hombro mirando su horario. ?Eh! En realidad tenemos las mismas clases. Vindola girar como si la hubiera asustado, Tasuki le dio su sonrisa de "soy tan inocente". Nunca te he visto aqu?, y s que esa oficina puede ser un desastre. As? que pens en venir y presentarme en caso de que necesitaras ayuda.
Sac la mano. Tasuki... ?y t? eres?"
Kyoko no pudo evitar la sonrisa que se dibuj en sus labios mientras su clida mano tomaba la de ella y la sosten?a. La curiosidad entr en su mente sintiendo que lo conoc?a de alguna parte. Parpade cuando la sensacin no desapareci aunque sab?a que no hab?a forma de que lo conociera antes de ahora.
Su cabello era tan oscuro que ten?a extra?os reflejos azules que lo atravesaban a la luz y colgaba en capas desordenadas sobre sus hombros. Pod?a ver un pendiente cruzado colgando a un lado y pens que parec?a el cantante principal de una banda de rock de los 80. Una de las chicas de su escuela hab?a estado constantemente en problemas por contrabandear carteles de rock y ponerlos en varios lugares del campus.
Kyoko, le dio su nombre de pila ya que era todo lo que le hab?a ofrecido.
Y los profesores afirman que no sirvo para nada. Su sonrisa era brillante mientras agitaba su mano hacia las escaleras. Ahora puedo probar que todos estn equivocados evitando que te pierdas hoy.
Kyoko lo sigui por las escaleras mientras l hablaba de los profesores, que daban tareas y que no las daban. Cuando entraron en la clase de ciencias, se dio cuenta de que estaba preparada con escritorios dobles.
S?, Tasuki frunci el ce?o. Todo el mundo ya tiene un compa?ero. La escuela tiene la costumbre de poner pupitres dobles en cada clase. Se encogi de hombros, pero el escritorio al lado del m?o est vac?o.
Kyoko estaba feliz de que el profesor simplemente le sonriera y luego mirara hacia otro lado en lugar de presentarla a la clase. Encontrando un libro de ciencias ya en el escritorio, se organiz rpidamente mientras el resto de los estudiantes llenaban lentamente las sillas. Tasuki fue el ?ltimo en levantarse ya que estaba hojeando su libro se?alando el cap?tulo en el que estaban.
Tasuki... deja de intentar polinizar y toma asiento. La profunda voz masculina proven?a del frente de la clase haciendo que Kyoko se volviera de varios tonos de rojo cuando algunos de los estudiantes se volvieron para mirarlos. Puede que sea nueva, pero por el aspecto de sus notas anteriores, no creo que su falta de pareja le haga da?o.
Si ella necesita un compa?ero... Shinbe entr en la clase como si perteneciera a ella, ... entonces ser voluntario. Le dio un resguardo al profesor y se dirigi al ?nico asiento vac?o de la sala.
Mientras la profesora miraba el papel, los ojos de Kyoko se abrieron de par en par y sac sus cosas de la silla de al lado. Le record instantneamente a Tasuki porque parec?a que ten?an el mismo peinado. Pero los ojos de este chico no eran de un marrn suave como los de Tasuki... podr?a jurar que eran de amatista. Cuando Tasuki intent parecer una estrella de rock, este tipo no tuvo que intentarlo... simplemente lo hizo.
?Lo compartirs conmigo? Shinbe centr su mirada en la de ella mientras tomaba su asiento.
?Eh? Kyoko contest tan elegantemente. ?Por qu su temperatura se hab?a disparado?
Tu libro, sonri Shinbe preguntndose qu estaba pensando. Parece que slo hay uno.
Oh. S?. Kyoko asinti deslizando el libro entre ellos mientras l deslizaba su silla contra la de ella. Se pregunt en silencio si era una regla en alg?n lugar que la chica nueva tuviera que sonrojarse todo el d?a.
Mirando a Tasuki, se dio cuenta de que la sonrisa de su nueva amiga se hab?a desvanecido y que l golpeaba rpidamente su lpiz contra su escritorio mientras miraba fijamente un agujero en su nueva compa?era. No era el ?nico que miraba fijamente. Parec?a que todas las chicas de la habitacin decidieron que necesitaban algo de su mochila para poder girarse y mirar.
Shinbe puso un codo en el escritorio y se inclin para bloquear la vista del tipo que hab?a visto llevarla de la mano por las escaleras de la oficina. Parece que tendrs un compa?ero despus de todo. Se llama Shinbe, le gui? un ojo para pedirle toda la atencin.
Una hora ms tarde, Kyoko estaba casi triste al ver que la clase llegaba a su fin. Shinbe hab?a resultado ser muy divertido como lo fue el experimento cient?fico de ese d?a. Slo su mesa y la mesa de Tasuki hab?an acertado.
Shinbe cogi su libro de ciencias compartido al mismo tiempo que ella. Colocando su mano sobre la de ella, la empuj hacia l. Mientras ella lo miraba con esos grandes ojos esmeralda, fue todo lo que pudo hacer para no envolver su brazo alrededor de su cintura y ponerla al ras de l. Me quedar con esto, su voz era ronca y luego se emparej mientras a?ad?a, Ya que no hay tarea. Su pulgar acarici el dorso de su mano mientras escuchaba cmo se aceleraban los latidos de su corazn.
Kyoko asinti, sintiendo que se debilitaba en las rodillas, y luego apart su mano de la suya a rega?adientes. Hab?a algo en l que la hac?a querer arrastrarse en sus brazos y eso era simplemente inquietante. Se dio la vuelta para agarrar su mochila del suelo, pero not que el brazo de otra persona ya la estaba alcanzando.
Tasuki cogi la bolsa de libros antes de que pudiera y rpidamente se meti entre ella y Shinbe. ?Lista para el clculo?
Kyoko asinti contenta por la distraccin. Nunca. Se ri de la mirada de Tasuki.
Tasuki entendi la broma, poniendo los ojos en blanco y gimiendo. S?, cada vez que creo que he resuelto las matemticas, tiran algo a?n ms est?pido en la pizarra para poder re?rse de m?. Agarr la mano de Kyoko, tirando de ella detrs de l, Vamos, te mostrar el camino al infierno.
Shinbe los vio irse con los ojos entrecerrados en la mano que sosten?a la suya tan posesivamente. Cree que sabe lo que es el infierno, ?eh? Puedo mostrarle el verdadero. Shinbe susurr celosamente en voz baja. Se encogi de hombros ante la necesidad de romperle los dedos al chico.
Cerrando los ojos por un momento, dej que sus poderes se abrieran en abanico por toda la escuela en una ola mientras buscaba cualquier signo de que los demonios estaban al acecho. Cuando la ola pas a Kyoko y a su amiga, Shinbe frunci el ce?o. No era que el chico fuera un demonio... el aura era extra?amente familiar.
En la siguiente clase, Tasuki empez a llevarla hacia la mesa que sab?a que estaba abierta, pero de repente se detuvo en su camino. Kyoko sigui su mirada, y todos los dems estaban en la clase. Sus ojos se abrieron de par en par al ver el largo pelo plateado del tipo que hab?a visto discutiendo con la secretaria. Como si sintiera que le estaban observando, su cabeza se gir lentamente y sus ojos de oro l?quido capturaron los de ella y la mantuvieron inmvil.
?Cuntas personas nuevas tenemos a partir de hoy? Tasuki no pregunt a nadie en particular.
Seis, le contest Kyoko recordando lo que la secretaria hab?a dicho.
Mi asiento est aqu? arriba, dijo Tasuki con melancol?a mientras pasaba lentamente junto a l.
Kyoko sinti un dj? vu cuando vio un libro de matemticas y que l ya lo hab?a deslizado entre los dos asientos como si la estuviera esperando. Apart el pensamiento pensando que quizs el profesor le hab?a pedido que lo compartiera con ella antes de que entrara en la sala. Cuanto ms se acercaba a l, ms perturbada se sent?a. Era como si todas las hormonas de su cuerpo se hubieran puesto de pie y se hubieran dado cuenta.
Cuando ella se sent, l acerc su silla y ella sinti que el calor se deslizaba por sus mejillas. Mirando al otro lado de la habitacin, not que un par de chicas le estaban frunciendo el ce?o. Sabiendo que esta iba a ser la clase ms larga de la historia, Kyoko cerr los ojos y se frot la sien.
Tan pronto como la clase de matemticas comenz su tarea, Kyoko se esforz en recordar cmo hacer los problemas, a pesar de que hab?a aprendido esto el a?o anterior en el internado. Viendo la mano de Kyou casi volando a travs de la pgina, Kyoko suspir en su interior habindose quedado atascada en el segundo problema.
La maestra estaba caminando por las islas y not que Kyou casi hab?a terminado con la pgina. Veo que ya has aprendido a hacer esto Kyou. ?Me har?as el favor de ayudar a explicrselo a Kyoko? La profesora sonri dulcemente pero no esper una respuesta cuando apareci en la siguiente fila de estudiantes.
Kyoko estaba mortificada. Se qued completamente quieta mientras ve?a cmo apartaba sus propios papeles. Cuando l se inclin hacia ella para acercar los suyos, un mechn de su pelo se desliz por su mano. Sintiendo la fr?a sedosidad, Kyoko confirm sus peores temores... que iba a reprobar matemticas este a?o.
Las comisuras de los labios de Kyou se inclinaron con el ms m?nimo indicio de sonrisa mientras escuchaba sus pensamientos. Inclinndose para poder mirarla directamente a los ojos, puso su mano sobre la de ella y le susurr, "No dejar que fracases".
Al final de la clase, Kyoko hab?a recordado cmo hacer los problemas de clculo. Incluso hab?an terminado los deberes de esa noche antes de que la clase terminara. Un dj? vu volvi a llamar cuando se ofreci a guardar el libro para ellos. Viendo a Tasuki esperndola junto a la puerta, se apresur.
?De verdad tienes econom?a domstica? Kyoko le pidi que se abstuviera de mirar por encima del hombro a Kyou.
Claro. De hecho, la mayor?a de los alumnos son de la clase de este a?o." Sus ojos brillaron cuando gui? el ojo. Los hombres tenemos que saber cocinar para nuestras amadas y mantenerlas felices. Tasuki sonri, Adems, cocinamos casi todos los d?as, as? que es como comer algo antes del almuerzo.
?Ja! As? que la verdad finalmente sali a la luz. Sab?a que hab?a una razn por la que quer?a tomar esta clase. Kyoko le dio una sonrisa p?cara sabiendo que necesitaba esta clase probablemente ms que las otras. Hasta anoche, nunca se le hab?a permitido entrar en una cocina y se preguntaba si ser?a capaz de fingir lo suficiente para no convertirse en el payaso de la clase. Ahora que estaba cocinando para s? misma... era o pasar la clase o aprender a amar a las Cheerios.
Esta clase fue creada completamente diferente a todas las dems. Hab?a mesas y sillas como en un comedor en lugar de escritorios.
No hay asientos asignados. Tasuki movi sus cejas y rpidamente las llev a una mesa al fondo de la habitacin. Todo el lado derecho de la habitacin estaba compuesto por todo lo que necesitaban para cocinar, incluyendo cinco estufas. Kyoko rpidamente mir alrededor contando cinco mesas y asumi que cada mesa estar?a cocinando junta.
Otros dos tipos se unieron a su mesa y Tasuki le present a Yohji, que parec?a un deportista americano. Cuando le pregunt el nombre del otro tipo, Kyoko se dio cuenta de que deb?a ser uno de los nuevos estudiantes. De nuevo se sinti atra?da hacia l por un imn invisible que slo funcionaba con los nuevos estudiantes.
"Hola", susurr ella mientras l sonre?a y asent?a con la cabeza. l era tan sorprendente como los otros dos chicos nuevos que hab?a conocido esta ma?ana. Su cabello era incre?ble... era oscuro y claro al mismo tiempo, con reflejos de amatista por todas partes. Era a la altura de los hombros pero indmito, como si hubiera estado en una tormenta de viento y sus ojos... no eran de un color... eran de todos los colores, y podr?a jurar que brillaban con una luz antinatural.
Parec?a que la miraba tan fuerte como ella lo miraba a l. Cuando sus miradas se encontraron, Kamui sonri una sonrisa que habr?a ganado al mismo diablo.
?Podr?an ustedes dos por favor conseguir una habitacin? Yohji se quej, causando que Tasuki gru?era y Kamui se riera.
Slo si podemos encerrarte en l, Kamui sonri a Yohji cuando se puso r?gido. Trat de no re?rse en voz alta cuando se le ocurri que el deportista era claustrofbico. Slo estaba eligiendo a la persona para la que estaba cocinando. ?Qu es lo que pasa? ?Celoso? ?Quieres que cocine para ti en su lugar?"
Yohji se encogi de hombros al decidir que lo har?a, "Slo si te hace feliz, cari?o".
Tasuki se sent en su silla viendo al chico nuevo mirar a Kyoko. Se equivocaron. No era Yohji el que sent?a las agujas de los celos. Tal vez era el momento de conocer a la competencia. Mir la feliz sonrisa en la cara de Kyoko y decidi que lo mejor era idear un plan.
Hoy haremos caramelos de Halloween desde cero, anunci la profesora mientras repart?a las recetas.
?Y ahora podremos comer las cabezas de los monstruos! Kamui a?adi como si acabara de ganar la loter?a. Cuando Kyoko comenz a re?rse con l, Kamui sinti que su sangre se calentaba y se encontr luchando contra la necesidad de alcanzarla. Se pregunt silenciosamente si sus hermanos estaban luchando contra ese mismo anhelo.
Cada uno de ellos eligi un cortador de galletas con forma de Halloween diferente e hizo diez galletas cada uno, colocndolos en una bandeja de gran tama?o. Cuando terminaron, fue Kamui quien estuvo all? para sacar la sartn del horno. Viendo que las galletas con forma de calabaza de Kyoko estaban muy deformadas, susurr una rpida palabra en alg?n idioma olvidado mientras sacaba la sartn del horno.
?Cmo sucedi eso? pregunt Kyoko con asombro mientras tra?a la sartn a la mesa. Sus galletas eran perfectas y las galletas de los chicos parec?an como si las hubieran hecho ni?os de cinco a?os.
Y es por esto que la mayor?a de los chicos toman la clase, Kamui sonri mientras le daba un mordisco a la galleta de Kyoko y luego parpade cuando escuch un leve gru?ido de Tasuki. Mirando mejor al tipo que se hab?a designado a s? mismo como guardaespaldas de Kyoko por el d?a, Kamui inclin su cabeza ante la sensacin de presentimiento.
Cap?tulo 4 "Los chicos malos y Romeo"
El almuerzo fue el siguiente y cuando Tasuki se puso en la cola de la cafeter?a, Kyoko mir a travs de los grandes ventanales de cristal y empez a comer fuera. Viendo mesas esparcidas por todas partes en el hormign, mir ms all de ellas y not un par de mesas de picnic bajo hermosos rboles de sombra.
Necesitando unos minutos de consuelo para calmarse de toda la excitacin de la ma?ana, escogi el rbol ms grande y se sent en la base del mismo, mirando hacia el exterior de la escuela.
Hyakuhei se apoy en el rbol junto a Kyoko, aunque sab?a que era un punto discutible para hacerlo. Sus ojos eran oscuros, sin ninguna emocin y sus labios no mostraban ning?n indicio de su estado de nimo. Ya estaba cansado de ser invisible para ella, pero sab?a que ten?a que esperar su momento. ?Cmo pod?a consolar a alguien que ni siquiera sab?a que estaba all??
Metiendo la mano en la mochila, Kyoko sac la peque?a y suave nevera que hab?a llenado de uvas y se relaj contra la suave corteza del rbol. Escuchando una motocicleta cerca, levant la vista. Un tipo de tonos oscuros, vestido de negro, con el pelo largo y en capas, caminando lentamente por la acera. Ella no pod?a ver sus ojos, pero pod?a ver que l la estaba mirando directamente.
No pod?a decidir si era porque no hab?a estado cerca del sexo opuesto, o si era simplemente el hecho de que esta escuela estaba llena de chicos que se graduar?an slo para convertirse en s?per modelos. Pod?a imaginarse al tipo de la motocicleta en la portada de una pel?cula sobre chicos malos sexys. Se comi un par de uvas y cerr los ojos tratando de bloquear el sitio delicioso. Sus hormonas ya hab?an sido lamidas hoy y ella estaba empezando a sentirse doblada.
No fue que nada de esto la sorprendiera porque en el internado se hab?a salido con la suya... leyendo. Cuando las otras chicas iban a la biblioteca p?blica, siempre le daba a la que estaba enamorada de las estrellas de rock una lista de libros para que se la llevara. Luego tomaba la portada de un libro de Shakespeare y lo envolv?a alrededor del libro que estaba leyendo para que nadie conociera su culpable placer... Libros de romance de todo tipo.
Empez con romances histricos en los que el indio secuestraba a la chica blanca y la llevaba a su tipi, mantenindola all? hasta que se enamoraba de l. Luego se hab?a ramificado hacia el romance paranormal... los vampiros tambin eran conocidos por secuestrar a la chica y mantenerla hasta que se enamorara de l. Esos libros se inclinaban ms hacia la ertica y ella los culpaba de que sus hormonas estuvieran fuera de control ahora.
Durante el ?ltimo a?o, hab?a estado leyendo todo tipo de romance paranormal que pudiera tener en sus manos y cuanto ms oscuro mejor. Kyoko se quit el flequillo de los ojos sabiendo que su inocencia hab?a desaparecido... aunque slo fuera mentalmente.
Al o?r el timbre de la escuela, se acobard, al darse cuenta de que no hab?a comido ms de tres uvas. Metiendo el contenedor en su mochila, se sorprendi al encontrar una mano que la ayudaba a levantarse.
Tasuki se arrodill delante de ella mientras le cog?a la mano. "?Ests lista?" sonri lentamente cuando not que ella ten?a la misma mirada en su rostro para l que con los nuevos. Tal vez no hab?a perdido despus de todo.
Kyoko sonri en respuesta, Gu?ame a Shakespeare.
?Cmo lo supiste? Tasuki parec?a confundida.
Porque no tuve la suerte de pensar que la clase de literatura mundial nos permitir?a leer una serie de vampiros. Ella se ri cuando l amartill una ceja oscura. Cuando entraron en la clase, Tasuki se?al el escritorio vac?o del fondo, y luego fue a ver si el profesor ten?a una copia extra de Romeo y Julieta.
Kyoko ya estaba sentada y sacando su cuaderno cuando la silla de al lado se rasp en el suelo. Levant la vista y se qued sin aliento. El tipo que hab?a visto observndola desde el asiento trasero de la motocicleta durante el almuerzo estaba tirando su abrigo de cuero en el respaldo de la silla.
Tasuki se apart del maestro con la copia de Romeo y Julieta en la mano cuando not que Kyoko ya no estaba sola. No puedo ganar, ?verdad? pregunt al aire delante de l mientras se agarraba al indefenso libro.
?Perdn? pregunt el profesor pensando que Tasuki estaba hablando con l.
Tasuki le mir por encima del hombro, "Supongo que no tendrs dos copias por casualidad". Hizo un gesto hacia el escritorio de Kyoko.
Ten?amos copias extra, pero parece que alguien entr en el armario de suministros y asalt los libros de 12? grado anoche. Aunque es extra?o... es dif?cil creer que alguien quiera un montn de libros de matemticas y ciencias. El profesor se encogi de hombros cuando se dio la vuelta y empez a apilar los papeles en su escritorio.
Tasuki dio un paso adelante antes de darse cuenta de lo que el profesor hab?a dicho... ?Matemticas, ciencia y los libros de Romeo hab?an desaparecido? Eso s? que era extra?o. Mir al tipo que estaba al lado de Kyoko de forma sospechosa. ?Qu sabes de todos estos nuevos chicos que han aparecido hoy? Pregunt rpidamente.
No mucho. Slo que hay cinco de ellos... adoptados en la misma familia y todos en el mismo grado. Han sido educados en casa hasta ahora. Puso los papeles en su escritorio y se encogi de hombros: P?deles que compartan.
Los hombros de Tasuki se desplomaron y de repente se sinti abrumado. Mientras cerraba la distancia entre ellos, se sent?a un poco ms alto por la sonrisa que Kyoko le dio. Entregndole el libro, se inclin y le susurr al o?do: Slo hay una copia... lo siento. Pero si hay deberes, entonces podemos usar mi copia y hacerlos juntos. Escondi su sonrisa cuando el tipo a su lado le ech una mirada oscura en su direccin.
Gracias, Kyoko grit la palabra y luego se volvi hacia el tipo que estaba a su lado. Sus labios se separaron para decirle que ten?an que compartir, pero las palabras se le atascaron en la garganta. l la miraba directamente mientras se quitaba las gafas de sol. Sus ojos eran azules como el hielo... no el bonito azul normal que la gente desea, sino como un hielo azul profundo. Le recordaba el color de una luz negra pero ms azul.
Sinti que su cabello se mov?a contra su mejilla como si un leve viento soplara aunque estuvieran dentro y se pregunt. Tenemos que compartir. La voz de Kyoko estaba sin aliento.
Ser Romeo si t? eres Julieta, dijo Kotaro con una voz que estaba destinada a la seduccin.
*****
Kyoko camin junto a Tasuki de camino a la clase de teatro. Todav?a le preocupaba que un tipo que parec?a el l?der de la banda de los chicos malos pudiera leer a Romeo como si lo hubiera practicado toda su vida. Sali de su sue?o cuando entraron por la puerta del auditorio de la escuela y se dio cuenta de que no ser?a un aula en la que estuvieran haciendo teatro.
La clase ha estado reuniendo cosas para decorar el baile de mscaras del viernes por la noche," Tasuki la puso al corriente. Va a ser en el edificio de la vieja escuela, justo detrs de ste. Se dio cuenta de todas las cajas alineadas en el borde del escenario y de los estudiantes que las agarraban y sal?an por la puerta trasera con ellas. Supongo que es hora de decorar.
Tasuki agarr dos cajas y se detuvo al final del escenario esperando que Kyoko se le uniera. Cuando ella cogi una caja sin mirar a ver lo que hab?a en ella, l la vio tambalearse por su peso. Antes de que Tasuki pudiera dejar sus cajas y correr hacia ella, alguien ya estaba all?.
Kyoko se encogi de hombros sabiendo que iba a dejar caer todo mientras ca?a. Parpade cuando el peso de la pesada caja desapareci de repente. La caja estaba de nuevo en el escenario como si no la hubiera movido y dos fuertes brazos la rodeaban por detrs para evitar que se cayera.
Calor... se sent?a tan caliente. Brazos fuertes, pod?a sentir los duros m?sculos de su pecho y no pod?a evitarlo mientras se apoyaba en su fuerza. Nunca se hab?a sentido tan segura en su vida como en este momento y quer?a quedarse.
?Ests bien? Toya pregunt mientras se derret?a contra l. Fue todo lo que pudo hacer para no enterrar su cara en su pelo y besar la suave piel del arco de su cuello. Todo dentro de l quer?a mantenerla. "M?o", susurr Toya interiormente cuando sinti los latidos de su corazn latir al mismo tiempo.
Kyoko empez a cerrar los ojos pero alguien le agarr la mu?eca y la sac del calor.
?Kyoko? Tasuki no pudo ocultar el pnico en su voz. Hblame. Parece que casi te desmayaste hace un momento.
Estoy bien. Kyoko parpade y mir detrs de ella. Su hroe se inclinaba para recoger la caja cuando sus ojos se encontraron. Ojos elctricos como el oro fundido... como los de Kyou. Ten?a el pelo de bano con ese mismo color de plata resaltndolo, esta vez en rayas y capas muy largas. Instantneamente se pregunt si l y el chico de la clase de clculo eran hermanos.
Se hab?a sentido tan fuerte... inamovible, aunque no era mucho ms grande que Tasuki. Pero algo en la forma en que se mov?a le daba una gracia elegante y depredadora que le recordaba a una pantera cuando estaba de caza. La forma en que la miraba la hac?a sentir como la presa.
Viendo al otro tipo echarle una mirada firme y dura por encima del hombro de Kyoko, Toya cogi la caja y empez a pasar por delante de ellos. Yo llevar esta. Mientras se mov?a a su alrededor, se trag el sabor de los celos al notar que el tipo a?n no hab?a soltado su mu?eca.
Tan pronto como estuvo fuera de su vista, Toya se apoy en el ladrillo junto a la puerta y escuch para asegurarse de que realmente iba a estar bien. Satisfecho de que ella estaba, cerr los ojos saboreando la forma en que ella se hab?a sentido contra l. Se alej de la pared sintiendo por primera vez en mucho tiempo que ten?a una razn para existir.
Los labios de Kyoko se separaron al darse cuenta de que ni siquiera le hab?a dado las gracias. Alejndose de Tasuki, empez a agarrar otra caja para poder alcanzarle, pero Tasuki se agarr a su mu?eca y le dio la espalda.
Kyoko, detente. Tmate un momento para respirar y dime qu fue eso, insisti Tasuki cuando not la mirada de pnico en sus ojos y la forma en que temblaba de repente.
Sabiendo que ten?a razn, Kyoko se recost en el escenario y respir profundamente para estabilizarse. Lo siento Tasuki. La caja era demasiado pesada y creo que casi me desmayo. Realmente no he comido mucho en los ?ltimos d?as debido a la mudanza. Ella no estaba mintiendo, as? que tal vez eso fue todo.
Kyoko mir de nuevo hacia la puerta. Ni siquiera llegu a darle las gracias por atraparme. Ese pensamiento la entristeci. ?Lo conoces?
Los ojos de Tasuki se oscurecieron al encogerse de hombros, Supongo que es uno de los cinco hermanos que empezaron hoy. Es extra?o cmo cada uno de ellos ha encontrado la manera de estar cerca de ti en su primer d?a. Viendo el ce?o fruncido de Kyoko, intent convertirlo en una broma. Supongo que slo quieren estar cerca de la chica ms guapa de la escuela. Gui? el ojo y comprob el peso de las cajas detrs de ellas hasta que encontr una casi vac?a. Aqu?, puedes llevar esta.
Cuando puso la caja en los brazos de Kyoko, ella la sostuvo con una mano. ?Qu soy? ?Cinco? Se ri mientras cruzaban el terreno de la escuela hacia el viejo edificio en ruinas. Su mente retrocedi a lo que l hab?a dicho sobre los chicos nuevos. ?Hermanos? Entonces, ?cmo es que todos estn en el mismo grado?
Tasuki sonri, agradeciendo en secreto al profesor que hab?a respondido a sus preguntas. Adoptado, y hasta ahora, educado en casa. Cambi rpidamente de tema no queriendo compartirla ms de lo que ya lo hab?a hecho hoy. ?Vienes el viernes?
?Dnde? Kyoko perdi el hilo de su pensamiento.
Al baile de disfraces, asinti a la caja que llevaba, Es viernes, noche de Halloween.
No lo s, Kyoko sonri mientras pensaba en la libertad de poder ir finalmente a alg?n lugar como una adolescente normal, pero al mismo tiempo no ten?a ni idea de dnde comprar un disfraz. ?Hay alg?n lugar que venda disfraces tan tarde en el juego?
El centro comercial tiene una tienda de disfraces que slo abre un par de semanas al a?o. Como esta fiesta de disfraces es una tradicin escolar, tienen una seleccin muy amplia. Quer?a pedirle que fuera con l, pero la idea de que dijera que no le dol?a el estmago. Tuvo una visin de uno de los nuevos chicos pidindole que fuera y la pisote en un punto grasiento de su mente celosa.
Podr?a ser muy divertido si vamos juntos, Tasuki contuvo la respiracin mentalmente pateando su propio trasero.
Vale, Kyoko expres autnticamente mientras dec?a que s? a su primera cita. ?Oh wow! Sus ojos esmeralda se iluminaron al ver la transformacin de lo que deber?a haber sido un viejo y polvoriento gimnasio. Los estudiantes lo hab?an limpiado tanto que casi brillaba y ahora a?ad?an la oscuridad de Halloween.
S?, Tasuki dijo, de repente el tipo ms feliz del mundo. Se ver a?n mejor para el viernes por la noche.
Toya mantuvo su distancia despus de o?rla decir a Tasuki que ir?a al baile de mscaras con l, pero no ten?a que estar cerca para o?r cada palabra que ella dec?a. Esta fiesta de disfraces ser?a una mala idea para ella, pero viendo la felicidad en su cara... l no habr?a intentado detenerla por nada del mundo. Parec?a que l y los otros guardianes tendr?an que encontrar un disfraz y alejarla de su cita.
Las manos de Toya le dieron un pu?etazo a sus lados cuando Yohji intent que ella subiera una escalera para colgar decoraciones. El pervertido le cabre, pero antes de que pudiera entrar, Kyoko puso sus manos en sus caderas y mir a Yohji como si fuera est?pido y le hizo re?r.
La mirada de Kyoko recorri la habitacin buscando el eco de la risa, pero se rindi cuando Yohji estaba lo suficientemente dbil como para preguntarle por qu no colgaba los adornos cuando todos los dems hab?an tomado su turno.
Te propongo un trato, Yohji, Kyoko le dio una fr?a sonrisa que deber?a haberle advertido. Te traer una falda corta ma?ana y podremos turnarnos para colgar los adornos. Se dio vuelta para volver al auditorio por otro palco.
Yohji baj la mirada para ver su falda mientras se alejaba. l comenz despus de ella pero se detuvo cuando Toya se puso directamente en su camino.
Yo no har?a eso si fuera t?, la voz de Toya era baja y peligrosa y si Yohji hubiera mirado, habr?a notado el extra?o color plateado que empezaba a sangrar con el oro de los lirios de Toya.
Tristemente, el deportista tonto no era conocido por su cerebro. ?Es eso una amenaza?
La cara de Toya se torn muy seria, Seguro.
Haciendo honor a su reputacin, Yohji empez a rodear a Toya slo para acabar de cara cuando se tropez con algo. Oh, ?qu demonios? Yohji grit alcanzando su tobillo y buscando lo que sea con lo que se tropez. Sin ver nada, empez a mirar a Toya pero no pudo encontrarlo en ninguna parte.
Tasuki pas por encima de Yohji en su camino hacia la puerta. No parece que vayas a bailar mucho el viernes por la noche. La preocupacin estaba ausente de su voz.
Kyoko volvi al auditorio pero tan pronto como la puerta se cerr detrs de ella, supo que algo estaba mal... muy mal. Para empezar, toda la sala estaba muy oscura y totalmente silenciosa. Escuchando algo que corr?a por el suelo hacia ella, se dio la vuelta y sali corriendo por la puerta y se estrell contra una pared de ladrillos.
Los brazos de Toya instantneamente rodearon a Kyoko para estabilizarla. Sinti el mal mezclarse en la oscuridad mientras las puertas dobles se cerraban lentamente detrs de ella, atrapndola dentro. Mientras la rodeaba con ambos brazos le pregunt, ?Ests bien?
Kyoko asinti mientras pon?a su mejilla contra su pecho. Era la segunda vez que l le preguntaba eso. Creo que hay un animal o algo ah? dentro.
Tasuki te est buscando, Toya minti cuando puso sus manos sobre sus hombros y la movi suavemente a su alrededor. Antes de que ella pudiera decir nada, Toya estaba dentro del edificio con la puerta cerrada firmemente detrs de l.
Kyoko se dio cuenta de que lo hab?a hecho otra vez... desapareci antes de que pensara en darle las gracias. Alcanzando el pomo de la puerta y girndolo, ella frunci el ce?o. ?Cerrada?
Tasuki la hab?a visto en los brazos de Toya desde la distancia y la vista le hizo apretar los dientes. Antes de que pudiera alcanzarlos, Toya ya estaba dentro y Kyoko parec?a estar encerrada fuera.
?Qu pas esta vez? Tasuki trat de ocultar el fastidio que se estaba gestando a la velocidad que parec?an tener los nuevos chicos de la escuela por haberse acercado a Kyoko.
Kyoko tir de la puerta una vez ms y se rindi. Creo que hay alg?n tipo de animal ah?, pero Toya me dej fuera as? que no estoy segura de lo que era.
Tasuki sacudi la cabeza: Probablemente sea una broma de Halloween para seguir con los cuentos de que el pueblo est embrujado. Cosas extra?as han estado pasando por aqu? desde que era peque?a. Yo no me preocupar?a por ello. Vamos, la clase termina en un par de minutos de todos modos.
Cap?tulo 5 "El Fantasma de la pera"
Toya escuch el clic de las cerraduras en las puertas circundantes y pudo sentir a sus hermanos acercndose a un ritmo rpido. Cuando la habitacin se ilumin con una luz brillante, su mirada busc a Kamui reconociendo que era su magia la que iluminaba la habitacin. Viendo que los cuatro hermanos se dirig?an hacia l, sus sentidos se pusieron en alerta.
?Alguna idea de qu tipo de demonio es? Retrocedi en l?nea con sus hermanos cuando las pesadas cortinas del escenario cayeron de las cuerdas que los sosten?an, apenas lo perdi.
Supongo que quiere ser el fantasma de la pera cuando crezca, dijo Shinbe y luego escucharon un chasquido que sonaba como garras zapateando sobre la madera. Se mov?a tan rpido que todo lo que ve?an era un rayo de oscuridad.
Salgan, salgan, dondequiera que estn, llam Kotaro haciendo que su voz resonara suavemente en el teatro.
Buen toque, Kyou lo felicit con un levantamiento de ceja. Ahora, ?podemos por favor ser adultos y matar a esta cosa?
Toya asinti hacia la zona ms oscura del escenario. Mientras la atencin de todos se centraba en ella, la sombra se estir y ondul, despegndose de las paredes y el suelo. Los ojos rojo sangre se abrieron de golpe, pero su forma no era tanto humanoide como un giro entre humano y arcnido. La parte superior de su cuerpo permanec?a en su mayor?a como una sombra, mientras que sus piernas se llenaban de afiladas espigas seas en las articulaciones y las puntas. Su boca se abri como el queso en la pizza que se derrite y emiti un chillido al subir por la pared y cruzar el techo.
Es bueno que sea casi Halloween o nos costar?a explicar ese escalofriante sonido que recorre los pasillos de la escuela. Kamui se estremeci sacudiendo el espeluznante sonido. La campana del ?ltimo per?odo son causando que el demonio chillara de nuevo al arrancar el altavoz del borde superior de la pared y luego lo arroj a los guardianes.
Bien... no hay testigos Kotaro mir a la criatura con cansancio, tomando nota del hecho de que se estaba preparando para saltar.
Esta cosa va a ser un dolor en el culo, Toya gru? justo antes de que fuera golpeado en la fila de asientos detrs de l. Rpidamente sac su daga de plata de su cintura y movi su brazo hacia los lados, cortando al demonio deforme a travs de lo que slo podr?a describirse como su estmago.
Unos tentculos de aspecto desagradable salieron de su espalda justo cuando Kotaro lo atac, intentando quitrselo a Toya. Los tentculos lo rodearon, unindose al impulso de Kotaro y le dispararon a travs de la habitacin y hacia el borde del escenario.
Toya observ la oscura aparicin montando el demonio ara?a inclinarse hacia l e inhalar como un vac?o demente haciendo que su pelo se levantara del suelo. Los colmillos de la ara?a se mostraban mientras abr?a lentamente sus mand?bulas para atacar.
?Maldita sea! Huele a Kyoko en m?. Los brazos de Toya estaban ahora encajados debajo de su pesado cuerpo dejndolo en desventaja.
Kyou levant su mano, formando una bola brillante que se hizo oblonga al mover su mano de un lado a otro. Extendiendo su mano, la forma se extendi por toda la habitacin, formando un ltigo y azotndose alrededor de la cabeza del demonio. Echando la mano hacia atrs, Kyou arranc el demonio de Toya, pero tuvo que luchar con l para evitar que volviera a Toya cuando el guardin plateado se levant del suelo.
?Por qu diablos slo est detrs de Toya? Kamui se quej. Rpidamente levant sus manos, susurrando palabras mientras a?ad?a el extra?o lenguaje de signos para dar fuerza al hechizo. El demonio se movi de lado a lado, tratando de evitar el golpe que se avecinaba, pero Kamui se gir, siguiendo cada uno de sus movimientos. Al final del cntico, las palmas de las manos se giraron hacia fuera y la ?ltima palabra reson por toda la habitacin, lanzando el hechizo al demonio.
El demonio grit, alcanzando a Toya cuando la fuerza de la explosin lo envi a travs de varias filas de asientos antes de que se estrellara contra la pared. Sus piernas se volvieron instantneamente hacia el interior mientras se apoyaba contra la pared para usarla como una tabla de rebote.
Antes de que pudiera saltar, Shinbe estaba delante de l, lanzando otro hechizo que lo sostuvo contra el yeso destrozado mientras los otros guardianes se adelantaron y literalmente lo desgarraron miembro por miembro. Shinbe se dio cuenta de que el demonio sombra intentaba deslizarse por la pared y escapar de ellos.
En un abrir y cerrar de ojos, salt la pared y se puso como una jaula a su alrededor.
Hey Nasty, ?a dnde crees que vas? gru? mientras una barrera de cristal azul aparec?a sobre ella como una media burbuja. Shinbe se empuj de la pared, aterrizando fcilmente de pie. El cuerpo mutilado del arcnido que estaba esparcido en el suelo se movi varias veces y luego se hundi en s? mismo al convertirse en polvo.
No puedes dejar eso ah?, Kamui lanz su pulgar hacia la extra?a vista de la sombra que se deslizaba dentro de... lo que empezaba a parecer un saco de huevos azul transparente.
De que poca fe eres, Shinbe sonri al ver que el saco se hac?a cada vez ms peque?o. Para cuando termine de encoger, se necesitar un microscopio para encontrarlo. Ahora... se volvi y camin directamente hacia Toya y olfate.
Toya le dio una mirada que deber?a haberle hecho correr. Cuando su hermano fue tan est?pido como para no captar la indirecta, extendi la mano y agarr a Shinbe por la garganta, levantando sus pies varios cent?metros del suelo para respaldarlo a la distancia del brazo. No vuelvas a hacer eso nunca ms. Toya lo dej caer no muy suavemente.
Shinbe se empuj del suelo con una sonrisa de satisfaccin. Y t? me llamas pervertido. No es de extra?ar que el Hombre Ara?a te quisiera tanto. Tienes el olor de Kyoko por todas partes." Sus ojos de amatista se estrecharon cuando su humor se desvaneci.
?Por qu es eso?
Hablando de Kyoko, la voz de Kyou hizo que la temperatura en la habitacin bajara varios grados. Si estamos todos aqu?... entonces, ?quin la est vigilando?
*****
Cuando Kyoko le pregunt a Tasuki si pod?a usar su mvil para llamar a un taxi, l le ofreci rpidamente llevarla a cualquier sitio que quisiera ir. Kyoko acept agradecida, sin querer aventurarse por primera vez en un pueblo extra?o sola.
?El centro comercial? Claro. Si quieres, puedo ayudarte a elegir un disfraz para el baile de disfraces. Tasuki empez a imaginar todo tipo de cosas que l escoger?a para ella. Luego retrocedi rpidamente, dndose cuenta de que no querr?a que los dems la vieran con la mitad de esos disfraces. ?Es esa la razn por la que vamos al centro comercial? ?Un disfraz de Halloween?
Kyoko suspir y mir por la ventanilla del coche debatiendo si decirle la verdad o no. Al pasar frente a la escuela en el trfico lento, not que el mismo tipo de esta ma?ana estaba de nuevo solo en la acera. Se pregunt qu era lo que le llamaba la atencin de l.
Mientras lo miraba, se dio cuenta de que todos los dems estudiantes se arremolinaban a su alrededor... ...pero l era la quietud en medio de una tormenta furiosa, y la miraba directamente con ojos negros como el pecado. Le entristeci ver que se equivocaba al pensar que eran verdes.
Se inclin hacia el cristal para verlo mejor mientras se acercaban y pasaban lentamente. l la miraba con tanta hambre en sus ojos que Kyoko lo sinti claro hasta su alma. Eso la hizo querer acercarse a l. l gir su cabeza lentamente mientras pasaban; manteniendo sus ojos en ella y Kyoko vio sus labios moverse.
?Qu? Kyoko susurr tratando de entender y luego sinti la mano de Tasuki en su hombro.
?Le conoces? Tasuki pregunt a?n deslumbrado en el espejo retrovisor. Algo en ese tipo estaba mal. Conoc?a a todo el mundo en la escuela, pero nunca hab?a visto a ese tipo por aqu? hasta hoy. No es un estudiante.
Kyoko se sent en su asiento pero rpidamente mir por encima del hombro sin poder ayudarse a s? misma. Afortunadamente, Tasuki dobl la esquina en la se?al de stop y el desconocido se perdi en la distancia. "No". Kyoko sacudi su cabeza queriendo dejar el tema, Estoy nerviosa porque nunca he estado en un centro comercial... o en cualquier otro tipo de tienda realmente.
?Qu? Tasuki dijo un poco demasiado alto. Ests bromeando... ?verdad?
Ojal. Kyoko sonri ante la mirada de su cara. Voy a contarte un secreto, pero tienes que prometer que no lo dirs a nadie.
Tasuki asinti agarrando el volante un poco ms fuerte. Nunca har?a nada para herirte Kyoko, as? que si quieres confiarme algo... ests a salvo.
Gracias. Kyoko se sent en su asiento mirando al frente y lentamente le cont toda la historia... sin dejar nada fuera. As? que lo primero que necesito es un nuevo armario.
Tasuki llevaba diez minutos aparcado en el centro comercial escuchndola. Era la cosa ms triste que hab?a escuchado. ?Quieres decir que nunca te han besado? Cuando ella lo mir extra?amente, l sonri y cerr la distancia entre ellos.
Los ojos de Kyoko se abrieron de par en par cuando sus labios atraparon el fondo de su boca y la bes. Luego se movi para hacer lo mismo con su labio superior. Ella se qued sin palabras cuando l se alej un cent?metro y respir mientras ve?a su reaccin al primer beso. Debi gustarle lo que vio porque las comisuras de sus labios insinuaban una sonrisa satisfecha cuando volvi a su asiento para mirar el centro comercial frente a ellos.
?Sabes qu Kyoko? Tasuki la mir como si no hubiera hecho nada. Estamos a punto de dar un nuevo significado a las palabras... compra hasta que te caigas.
*****
Tama se par en la puerta del gimnasio abandonado viendo a los guardianes salir del auditorio. Hab?an matado al demonio ara?a que hab?a ido a buscarlos tal como lo hab?an planeado. Slo hab?a sido una prueba y hab?an fallado miserablemente.
Los guardianes se distraen fcilmente pensando que la mantienen a salvo. A Hyakuhei no le preocupaba el demonio que hab?an perdido. Antes de entrar en este mundo, hab?a escondido muchos de sus ms poderosos demonios donde nadie pod?a encontrarlos... en lo profundo de su propia alma. Por ahora, usar?a a los demonios ms dbiles como carne de ca?n y atraer?a a los guardianes a una falsa sensacin de victoria. Que piensen que la estn protegiendo lo mejor que pueden.
?Puedo ir a verla ahora? Tama mir fijamente al guardin conocido como Toya. Mientras luchaban contra el demonio de las sombras dentro de la escuela, Hyakuhei se hab?a unido a la mente del demonio, dejando que Tama viera la batalla a travs de los ojos del demonio. Sab?a que Toya ten?a el olor de Kyoko en l ms que los otros guardianes. El odio ard?a en sus ojos cuando los celos entraron en su corazn herido.
Slo los tontos se apresuran a entrar, querido muchacho, le advirti Hyakuhei. Era dif?cil para Tama compartirla con el enemigo, pero lo que Tama no entend?a era que ser?a a?n ms dif?cil para los guardianes compartirla entre ellos. Cuanto ms estrecho sea su v?nculo con ellos... ms posesivos se volvern hasta que se enfrenten entre ellos. Pasar?a poco tiempo antes de que los hermanos empezaran a autodestruirse. No eran diferentes a l y a Tadamichi.
Tama pregunt recordando la forma en que lo hab?a mirado desde la ventana del coche. Ella quiere hacerlo.
Su alma siente curiosidad por ti... sabe que eres su hermano, aunque no lo recuerde. Es el lazo que la une a todos nosotros. Hyakuhei sinti que el anhelo que Tama sent?a se fusionaba con el suyo. Pronto Tama... muy pronto. Tendrs a tu hermana.
*****
Hyakuhei estaba en la cima de la escalera mecnica del centro comercial viendo a Kyoko mirar el centro comercial con asombro. Siempre hab?a sido una inocente y parec?a que en esta vida no era diferente. Una peque?a sonrisa se dibuj en la comisura de sus labios.
Ven a m?, susurr dentro de su mente sabiendo que ella escuchar?a la citacin sin darse cuenta.
Kyoko mir hacia el segundo piso y luego mir a la escalera mecnica como si fuera una atraccin de la feria. ?Podemos? le expres a Tasuki y luego volvi a la escalera mecnica.
Claro, Tasuki sonri y luego se ri cuando le hizo subir primero. Oh, claro... sacrif?came... por qu no. Se encogi de hombros como si no importara y se agarr a la barandilla como si estuviera aterrorizado.
Sacando la lengua hacia l, Kyoko agarr la goma del pasamanos y se puso detrs de l. Deja de mirarme como si esperaras que vuelva a bajar las escaleras. Kyoko advirti cuando l sigui mirndola por encima del hombro. Ella levant la vista fingiendo que ya lo hab?a hecho antes, pero cuando su mirada se fij en el hombre que bajaba por la escalera mecnica paralela a la suya, se olvid de respirar.
El pelo largo y oscuro enmarcaba el rostro ms hermoso que hab?a visto. Las ?nicas personas que pod?an acercarse eran los chicos nuevos que hab?a conocido hoy en la escuela. Sus labios estaban relajados pero ella pod?a sentirlos contra los suyos en un beso caliente. Sus luminosos ojos oscuros estaban enmarcados por gruesas pesta?as oscuras.
A medida que se acercaba en su pendiente hacia ella, Kyoko sinti que su corazn se saltaba un latido y todo se ralentiz. Pod?a sentir que l la alcanzaba y que ella tambin lo quer?a. Su mano dej la barandilla para mover los cent?metros que separaban su lado del suyo. En el momento en que l puso su clida mano sobre la de ella, el tiempo se recuper y ella estaba en la cima de la escalera mecnica.
Kyoko sinti que la decepcin se apoderaba de ella cuando se dio la vuelta para encontrarlo, pero no se le ve?a por ning?n lado.
*****
Ella est en casa, llam Kamui desde el porche y se estremeci cuando sus hermanos se le unieron tan rpido que ni siquiera los vio moverse. Y mira quin est con ella.
Tasuki, dijo Toya con una voz demasiado tranquila para igualar el calor de sus ojos.
Parece que se fue de compras, dijo Kotaro.
Me hubiera gustado tener las faldas cortas, Shinbe suspir con nostalgia.
Lo estar?as. Kyou le mir fr?amente de reojo, causando que Shinbe se moviera al otro lado de Kamui por razones de seguridad. Una de ellas fue el hecho de que estaba asustado.
No puede simplemente huir as?. Toya cruz sus brazos sobre su pecho preguntndose por qu Tasuki tardaba tanto en volver a su coche.
Pero ella no lo sabe, se?al Kamui, Al menos lleg a casa a una hora decente.
Una hora decente hubiera sido antes de que oscureciera, dijo Kyou rotundamente.
Toya comenz a bajar las escaleras pero Kyou extendi la mano y la coloc firmemente en su hombro. Tasuki slo lleva sus bolsas dentro. Ya casi ha terminado.
Te he dicho que no te metas en mi cabeza. Toya mir a Kyou, "Un d?a no te va a gustar lo que encuentras arrastrndote por ah?. Se sacudi el hombro, haciendo que Kyou lo soltara. Lo ?ltimo que necesitaba era que Kyou escuchara sus pensamientos. Tener parte de Tadamichi dentro de l era bastante espeluznante. Se asegur de que sus defensas mentales estuviesen levantadas y mir al otro lado de la calle cuando el coche de Tasuki se alej de la casa.
Me pregunto si pens en parar y conseguir algo de comer, murmur Toya, pensando en voz alta.
?Por qu te preocupar?a eso? Kyou pregunt curiosamente sabiendo que Toya no era de los que dicen cosas al azar.
Ella casi se desmay durante la clase de drama hoy. La o? decirle a Tasuki que no hab?a comido debido a la mudanza, Toya le inform antes de a?adir, Tasuki tambin le pidi que fuera con l a la fiesta de disfraces del viernes por la noche en la escuela.
Los labios de Kotaro se adelgazaron cuando sac un cuchillo de hoja larga de la cintura de sus pantalones y comenz a pasarla entre sus dedos como un bastn. "Creo que Tasuki se ha nombrado a s? mismo su guardaespaldas con la esperanza de ser un poco ms."
Si no tiene cuidado, estar un poco muerto. Sabiendo cmo sonaba eso, Toya a?adi rpidamente, Slo encontrar un objetivo para los demonios si se acerca demasiado a ella.
Somos cinco... Creo que podr?amos superar sus avances si lo intentamos. Shinbe sonri con suficiencia.
Hoy hemos fallado. La voz de Kyou no ten?a ninguna emocin, pero la mirada de sus ojos dorados era de enfado. Somos sus guardianes y ella es slo una ni?a humana que es ms frgil que la mayor?a. Si sigue ponindose en peligro al desaparecer, no tendremos ms remedio que revelarnos por lo que somos... sus verdaderos guardianes.
?Y decirle lo que es? Kamui agit su cabeza. Ella no est lista para eso... pinsalo. Nuestra sacerdotisa ni siquiera est comiendo bien porque su mundo ha sido puesto al revs. Dale tiempo para ajustarse a eso primero Mientras tanto, tal vez deber?amos acercarnos ms a ella para que cuando le digamos la verdad, no piense que estamos locos... o peor a?n, nos vea usar nuestros poderes y piense que somos una especie de extraterrestres.
Sigo pensando que te equivocas en eso. Necesita recurrir a nosotros si algo sucede. Ahora mismo, la ?nica persona a la que acudir?a ser?a a la Shinbe que tanto le gusta, se?al Toya.
Hey, me molesta eso, dijo Shinbe tratando de ocultar su sonrisa.
No... te pareces a eso, Kamui le dio un codazo de buena manera.
Toya mantuvo su mirada al otro lado del camino, pero en su mente recordaba como ella casi se hab?a derretido en sus brazos. Ella es nuestra sacerdotisa Nos sentimos atra?dos por ella y creo que ella tambin se siente atra?da por nosotros. Dudo que se asuste tanto como ustedes temen que lo haga.
Comprometmonos, dijo Kyou. En caso de que algo salga mal... necesita saber que estamos justo enfrente.
De acuerdo, dijo Toya.
Primero... ella necesita comer. Kyou sac su mvil del bolsillo.
Cap?tulo 6 "Lo que los demonios temen"
Kyoko acababa de terminar de guardar su ropa nueva cuando el timbre de la puerta hizo eco hacindola saltar. Bajando las escaleras, mir por la mirilla y vio a un repartidor con cinco cajas grandes de pizza. Al abrir la puerta, frunci el ce?o sabiendo que era un error. Antes de que pudiera decir algo, el tipo levant una mano para detenerla.
S que no pediste la pizza porque la familia de enfrente la pidi para ti. Es un regalo de bienvenida al vecindario. Sonri y le entreg las cajas. Y ya pagaron las pizzas y me dejaron una gran propina. Asinti con la cabeza y se dirigi a su coche.
Kyoko sonri nerviosamente y luego mir al otro lado de la calle. Viendo el largo cabello plateado parpadeando en la luz del porche, supo que slo pod?a ser Kyou. Todos los chicos de la escuela estaban en el porche mirndola. Los labios de Kyoko se curvaron para convertirse en una verdadera sonrisa. Los salud con la mano y les hizo un gesto para que se acercaran.
Y tenemos nuestra invitacin, Shinbe casi ronronea cuando empez a bajar las escaleras.
Toya extendi la mano y lo espos en la parte superior de la cabeza. Si no te comportas all?, entonces ser nuestra ?ltima invitacin.
Shinbe entrecerr los ojos y se volvi hacia Toya. ?Quin muri y te hizo el ?nico que pod?a tocarla? Ella es tan nuestra como tuya, imbcil.
Todos morimos, maldito est?pido. Toya apoy a Shinbe el resto del camino para bajar las escaleras cuando la plata comenz a arremolinarse en sus ojos. Su voz se volvi peligrosamente baja mientras gru??a, Ests tan condenadamente caliente que puedo olerlo.
Y tienes una ereccin tan grande con ella que ests buscando pelea, dijo Shinbe y luego se gir y se uni a los otros que ya estaban a la mitad del camino de entrada.
Toya gru? molesto sabiendo que Shinbe ten?a razn, pero eso no significaba que le tuviera que gustar. Escuch una voz rindose dentro de su mente y supo que no era suya. Bajando los brazos a su lado, se encontr con el resto de ellos.
?No ten?a ni idea de que erais vosotros los que viv?ais al otro lado de la calle! Kyoko dijo con asombro cuando subieron a su porche. Y pensar que estaba celosa porque su casa parec?a tan llena de vida, mientras que la suya parec?a solitaria. De repente no se sent?a tan aislada. Pasa. ?Cunto tiempo han vivido en la casa de al lado?
Desde que t?... Kotaro cort a Shinbe. Alrededor de quince a?os. Kyou se inclin y tom de sus brazos las cinco cajas de pizza de gran tama?o. Levant una ceja cuando se dio cuenta de que lo segu?a por su casa y l parec?a conocer la disposicin mejor que ella. Ni siquiera mir cuando encendi el interruptor de la luz en el comedor.
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