Poemas Sobre Delfines Juguetones
Juan Moisés De La Serna
Nadando por la corriente un delfín se deslizaba se encontró a una sardina y corriendo la alcanzaba. ―¿A dónde vas sardinita? ―la pregunta el delfín. ―Solo me dejo arrastrar ―le contesta desde allí. Nadando por la corriente un delfín se deslizaba se encontró a una sardina y corriendo la alcanzaba. ―¿A dónde vas sardinita? ―la pregunta el delfín. ―Solo me dejo arrastrar ―le contesta desde allí. El delfín que es soñador enseguida la decía ―Nos lleva al medio del mar o a una playa vacía. AMOR
Juan Moisés de la Serna
Poemas sobre Defines Juguetones
Poemas
Sobre
Delfines
Jueguetones
Juan Moisés de la Serna
Editorial Tektime
2019
“Poemas sobre Delfines Juguetones”
Escrito por Juan Moisés de la Serna
1ª edición: febrero 2020
© Juan Moisés de la Serna, 2020
© Ediciones Tektime, 2020
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Distribuido por Tektime
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Prólogo
Nadando por la corriente
un delfín se deslizaba
se encontró a una sardina
y corriendo la alcanzaba.
―¿A dónde vas sardinita?
―la pregunta el delfín.
―Solo me dejo arrastrar
―le contesta desde allí.
El delfín que es soñador
enseguida la decía
―Nos lleva al medio del mar
o a una playa vacía.
AMOR
Dedicado a mis padres
1. Nadando por la corriente
Nadando por la corriente
un delfín se deslizaba
se encontró a una sardina
y corriendo la alcanzaba.
―¿A dónde vas sardinita?
―la pregunta el delfín.
―Solo me dejo arrastrar
―le contesta desde allí.
El delfín que es soñador
enseguida la decía
―Nos lleva al medio del mar
o a una playa vacía.
La sardina no contesta
pues responder no sabía
el delfín la dice serio
―A una playa vacía.
―¿Y eso? ―ella pregunta
porque no lo entendía―,
¿y tú como sabes eso?
―Y el delfín la decía.
―Tirando por aquí vamos
y seguro llegaremos
si muy quietos nos estamos
y no nos desviaremos.
La sardina muy confusa
al delfín le preguntaba
―¿Pero qué me estás diciendo?
―Pues no entendía nada.
El delfín la está mirando
y se pone a reír
―En inglés te estoy hablando
―la ha contestado así.
―En inglés, ¿eso que es?
―la sardina preguntaba.
―¡Y yo que sé! ―el delfín
riendo la contestaba.
»O seguro que es sueco
o puede ser alemán
es que muchas lenguas hablo
desde chico lo dirán.
La sardina se ha marchado
por qué no le entendía
él nadando se ha quedado
y soñando allí seguía.
AMOR
2. Tranquilamente mirando
Tranquilamente mirando
ella iba entretenida
cuando escuchó a lo lejos
una voz que conocía.
Enseguida a volar
la palomita echaba
y a encontrar a su amigo
deprisa se acercaba.
Porque nuestra amiguita
en el mar había escuchado
a alguien que la llamaba
y acudía a su lado.
Era la voz del delfín
la que le había llamado
estaba entrando a puerto
en una red enganchado.
La paloma vio enseguida
el peligro que había
piensa lo que puede hacer
y a quien se lo decía.
Por más que le daba vueltas
no encontraba solución
y el tiempo se pasaba
cuando se le ocurrió.
Buscaría a un amigo
ese que ella tenía
un anciano que la daba
de comer todos los días.
Volando hasta el balcón
la paloma ha llegado
y picotea el cristal
y el anciano se ha enterado.
¿Qué te pasa palomita?
no es hora de comer
le dice el ancianito
cuando la acaba de ver.
Ella sigue con el pico
no se quería parar
tiene que decirle algo
y se tiene que enterar.
Y como era muy lista
se ha hecho comprender
ha avisado al anciano
que rápido va a ver.
En el puerto que está cerca
el anciano está mirando
y ha visto al delfín
las penas que está pasando.
No se podía soltar
pues la red le retenía
el anciano con presteza
rápido lo arreglaría.
El barco es de su hijo
y enseguida él soltó
a aquel delfín chiquito
que nadando se marchó.
Y gracias a la paloma
que la forma encontró
de ayudar a su amigo
este feliz se sintió.
AMOR
3. Los acantilados llenos
Los acantilados llenos
esta mañana estaban
de foquitas aburridas
que por allí se encontraban.
Una pequeña foquita
quería juguetear
y corriendo se metió
de un salto en el mar.
Nadaba por esas aguas
buscando un jugador
alguien que quiera hacerlo
para encontrarse mejor.
De pronto vio a lo lejos
un pequeño pececillo
nadó corriendo al verlo
aunque no fue tan sencillo.
El pez que la había visto
se puso fuerte a nadar
pues comida no quería
ser allí en el ancho mar.
Sabía que si la foca
llegaba a donde él estaba
esta abriría la boca
y del pez nada quedaba.
La foquita agotada
de tanto nadar allí
se paró ya no quería
seguirle y llegó un delfín.
―Foquita te veo rara
y muy agotada vas
¿por qué has nadado tanto?
muy lejos de casa estas.
La foquita no había visto
en su vida a un delfín
pero le pareció bueno
para jugar por allí.
―¿Quieres tú jugar conmigo?
―rápido le preguntó―,
no tengo ningún amigo
y mucho me aburro yo.
El delfín dijo, ―Encantado.
Se pusieron a jugar
el pececillo de lejos
no dejaba de mirar.
Un poco envidia tenía
porque él solito estaba
aburrido se sentía
pues él con nadie jugaba.
La foquita y el delfín
jugando se divertían
y el pececillo allí
mirando se aburría.
Desde lejos el delfín
al pececillo allí vio
―Vente a jugar con nosotros
―corriendo le indicó.
El pececillo con miedo
pues muy grandes eran los dos
se acercó un poquito
y esto les preguntó.
―Si juego yo con vosotros
me tenéis que prometer
que porque sea pequeño
no me vais luego a comer.
La foquita extrañada
se acercó al pececillo
y dijo ―Yo no hago nada
no eres un bocadillo.
Y jugando, y jugando
se perdieron en el mar
una foca, un delfín
y un pececito allá.
No sabían dónde estaban
ni conocían el lugar
la corriente los llevaba
y fueron aquí a parar.
A esta playa tan bonita
donde los encontré yo
jugando con la foquita
con el delfín nadador.
El pececito contento
porque no estaba aburrido
ahora en el mar adentro
o en la playa han salido.
Así se pasan la vida
los amiguitos aquellos
su vida no es aburrida
porque mucho juegan ellos.
AMOR
4. En el fondo de los mares
En el fondo de los mares
habita un tiburón
que a todos los de allí
llama mucho la atención.
Nadando va lentamente
surcando el agua allí
si te lo encuentras de frente
siempre él dice así.
―Usted primero―. El paso
siempre él suele ceder
a la ballena o la foca
o al más pequeño pez.
Un día llegó un delfín
la actitud le extrañó
y él le dijo así
a ese raro tiburón.
―Tiburón, ¿por qué tú siempre
dejas al otro pasar
ya sea un pescado chico
o al más grande de la mar?
El tiburón que se para
dejando así de nadar
contestando al delfín
―Es que quiero agradar.
»No quiero que nadie diga
que no me porto yo bien
por eso les dejo paso
y no me importa a quien.
El delfín muy extrañado
preguntó al tiburón
―Pero ¿qué te ha pasado?
¿dónde tu fiereza quedó?
―Es que siempre estoy solo
nadie me quiere a su lado
voy a cambiar de actitud
pues de todo he probado.
»Yo quiero tener amigos
y también quiero jugar
como lo hacéis vosotros
y muchos en éste mar.
»Pero cuando yo me acerco
se van todos a nadar
muy deprisa se separan
de mí y no vuelven ya.
»Por eso yo he pensado
que tendría que cambiar
y de ésta forma así
algún amigo encontrar.
El delfín que le escuchaba
de pronto él se marchó
muy triste se quedaba
el tiburón que le vio.
Pero ha pasado un rato
y el delfín que volvió
con un grupo de delfines
y al tiburón le habló.
―Mira te traigo amigos
por si tú quieres jugar
ven a nadar con nosotros
ya sólo no vas a estar.
»Pero no nos hagas daño
pues sólo te quedarás
si te comportas tú bien
muchos amigos tendrás.
El tiburón comprendió
lo bueno de la amistad
y lo bien que se pasaba
jugando en el ancho mar.
Ya nunca atacó a nadie
muchos amigos tenía
y siempre cuando le pasan
el paso él que cedía.
AMOR
5. Había en un delfinario
Había en un delfinario
muchos delfines nadando
cuando yo me senté
uno se fue acercando.
Despacio lo fue haciendo
hasta que allí se quedó
muy quieto frente a mí
y me miró y me miró.
Muy grande era el
muchas heridas tenía
en las aletas delante
y en la de atrás había.
Pero estaba muy quieto
allí mirando de frente
me puse a contemplarle
le veía diferente.
La tristeza de sus ojos
al momento contemplé
al delfín le pasa algo
al instante yo pensé.
―Delfín ¿por qué estas triste?
―fue lo que le pregunté
mi sorpresa fue enorme
pues al delfín escuché.
―Tú la que me has hablado
he de decirte una cosa
di a quien nos ha apresado
que esta cárcel no es hermosa.
»Nos robó la libertad
que es el bien más preciado
que nadie puede tener
aquí nos la han quitado.
»No podemos nadar libres
así no se puede estar
que nos suelten, díselo
por favor díselo, ya.
El delfín seguía mirando
con esos ojitos tristes
no se quería mover
yo de pronto a él le dije.
―Delfín aquí yo he visto
que tenéis bien de comer
no os atacarán otros
ni tormenta puede haber.
El me contestó esto
que aquí voy a poner
para que también lo leas
y tú lo puedas saber.
―La libertad es un don
que a todos nos han dado
ya vivamos en el mar
o allí en un lindo prado.
»Podemos movernos libres
y libres también vivir
y no estar encerrados
donde podemos morir.
»En una jaula o pecera
así no se puede estar
hay que volar en el aire
o nadando en el mar.
»O corriendo por la tierra
así sí será feliz
pero nunca prisionero
se puede vivir así.
El delfín se marchó triste
no le di la solución
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