Loro en un Viaje de Pesca
Max Marshall
En el encantador cuento de hadas para niños Matteo la Pesca Parrot, los lectores se embarcan en una aventura mágica con Matteo, un colorido loro con un corazón tan grande como sus alas. Cuando Matteo amigos lo invitan a unirse a ellos para un día de pesca en el lago brillante, él acepta entusiasmada, a pesar de no saber cómo pescar. A lo largo del camino, Matteo aprende valiosas lecciones sobre la amistad, la valentía, y la importancia de intentar cosas nuevas.
Loro en un Viaje de Pesca
Max Marshall
Illustrator Ideogram
© Max Marshall, 2024
© Ideogram, illustrations, 2024
ISBN 978-5-0064-1392-4
Created with Ridero smart publishing system
Loro en un Viaje de Pesca
Max Marshall
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Loro en un Viaje de Pesca
First edition. January 8, 2024.
Copyright © 2024 Max Marshall. Written by Max Marshall.
This book was written partially using AI content in the text and illustrations.
Descripción
En el encantador cuento de hadas para niños Matteo la Pesca Parrot, los lectores se embarcan en una aventura mágica con Matteo, un colorido loro con un corazón tan grande como sus alas. Cuando Matteo amigos lo invitan a unirse a ellos para un día de pesca en el lago brillante, él acepta entusiasmada, a pesar de no saber cómo pescar. A lo largo del camino, Matteo aprende valiosas lecciones sobre la amistad, la valentía, y la importancia de intentar cosas nuevas. Con la ayuda de sus amigos y de su propia determinación, Matteo descubre que a veces las más grandes aventuras comienzan con un simple salto de fe. Únete a Matteo en este hermoso viaje lleno de risas, sorpresas, y la alegría de hacer recuerdos que durarán toda la vida.
Sobre el autor
Max Marshall crea historias que transportan a los lectores a tierras lejanas, les sumergen en ricas culturas y les invitan a experimentar todo el espectro de las emociones humanas.
Entre las páginas de innumerables obras maestras se esconde un escritor cuyo nombre evoca pensamientos de pasión, creatividad e imaginación sin límites.
Con un elegante dominio del lenguaje y un profundo conocimiento del alma humana, esta escritora crea personajes cuyos triunfos y luchas resuenan profundamente en lectores de todas las edades. Tanto si explora las complejidades del amor y la pérdida como si ahonda en las profundidades de la psique humana, la prosa de esta escritora es tan bella como perspicaz, revelando verdades que conmueven el corazón e inspiran el alma.
Capítulo 1: Parrot y amigos de vacaciones
En el bosque, allí vivió tres mejores amigos: Adán, el loro, Thiago, el mapache, y Matilda la fox. Compartieron un acogedor estudio situado entre los árboles y pasó sus días explorando las maravillas de los bosques.
En esta mañana soleada, el trío decidió embarcarse en una aventura especial – vacaciones en su propio patio trasero. Estos reunieron a sus suministros, bolsas de una cesta de picnic con frutas y nueces, y partió en su viaje.
Mientras caminaban por el bosque, Adán se elevaron en el aire, sus plumas de colores brillantes en la luz del sol. Thiago correteaba a lo largo de la superficie del bosque, con sus traviesos ojos brillantes por la emoción. Y Matilda correctamente entreteje a través de los árboles, su cola espesa balanceándose detrás de ella.
Los amigos se echaron a reír y charlaron mientras se acercaban más profundo en el bosque, su imaginación running wild con posibilidades. Ellos se maravillaron de los altísimos árboles, escuchar el alegre canto de los pájaros, y a perseguir mariposas revoloteando en la brisa.
Cada giro y vuelta en la ruta reveló nuevos tesoros, riachuelos, oculto claros, y rincones acogedores perfecto para descansar y comer. Se detuvieron para picar fresas y compartir historias de sus aventuras pasadas, su amistad cada vez más fuerte con cada momento que pasa.
En el transcurso del día, el sol comenzó a sumergir debajo del horizonte, lanzando un cálido resplandor dorado sobre el bosque. A regañadientes, los amigos decidieron que era hora de regresar a su guarida, pero no antes de hacer planes para la próxima bosque escapada.
Con el corazón lleno de alegría y recuerdos para atesorar, Adán, Thiago, y Matilde de despedida en el bosque, sabiendo que su vínculo no haría sino aumentar con cada nueva aventura que compartieron.
Capítulo 2: el Loro, el Mapache y el Zorro de pesca
Una mañana soleada, a Adán, el loro, Thiago, el mapache, y Matilda la fox se despertó con un sentido compartido de la emoción. Hoy era el día perfecto para una aventura de pesca! Con sus cañas de pescar en la mano y un sentido de la anticipación en sus corazones, el trío partió hacia el brillante río que serpenteaba a través del bosque.
Cuando se acercaban a la orilla del río, los amigos fueron recibidos por el relajante sonido del agua corriendo por las rocas y el suave susurro de las hojas en la brisa. El río brillaban como diamantes a la luz del sol, invitándolos a lanzar sus líneas y probar su suerte.
Adam ansiosamente voló a una rama cercana, con vistas al agua, sus penetrantes ojos de escaneo en busca de signos de peces. Thiago correteaba a lo largo de la orilla del río, sus dedos ágiles picazón carrete en una gran captura. Y Matilda correctamente collar largo de la costa, sus sentidos alerta a cualquier movimiento por debajo de la superficie.
Con practica los movimientos, de los amigos lanzar sus líneas en el agua azul claro, cada uno tratando de enganchar el pez más grande del día. Esperaron pacientemente, su previsión de crecimiento con cada momento que pasa.
De repente, Thiago sintió un tirón en su línea y gritó con emoción, – yo tengo uno! – El pequeño comenzó a tambalear en su captura, su corazón golpeando con anticipación. Matilda se apresuró a ayudar, sus ágiles patas listo para ayudar en cualquier forma que ella podía.
Juntos, sacaron a la lucha del pez fuera del agua y admirado su premio – una hermosa trucha arco iris brillando en la luz del sol. Adam soltó una alegre graznido de su percha encima, felicitando a sus amigos en su éxito.
Alentado por Thiago captura, Adán y Matilda redobló sus esfuerzos, echando sus líneas una vez de nuevo en el río. Ellos se reían y bromeaban mientras esperaban, disfrutando de la compañía y el simple placer de estar al aire libre en un hermoso día.
Como el sol comenzó a descender hacia el horizonte, pintando el cielo con tonos de rosa y naranja, los amigos decidieron que era hora de regresar a casa. Se empacó sus cosas y se despidió del río, ya en la planificación de su próxima excursión de pesca.
Capítulo 3: Atrapado en un tema de conversación de los peces
Cuando el sol alcanzó su pico en el cielo, arrojando un resplandor cálido sobre el río, Adán, Thiago, y Matilda continuaron su expedición de pesca. Adam sharp ojos vio una muy irregular, y con un hábil movimiento de su ala, él la echó de su línea en el agua.
De repente, hubo un tirón de Adán de la línea, causando que éste se doble y se mecen. Con un triunfante graznar, Adam comenzó a tambalear en su captura, con ganas de ver lo que él había enganchado. Como los peces emergió del agua, Adán ojos se ampliaron con sorpresa.
– Wow, esto es una mentira! – exclamó Thiago, sus ojos brillantes por la emoción.
Pero antes de que Adam podría tirar el pescado en el cubo, se comenzó a hablar.
– Espere, por favor, no me puso allí! – se declaró el pescado en una sorprendentemente claro y articulado de voz.
Adam parpadeó en el asombro, sus plumas fruncido en la incredulidad.
– Hizo que los peces hablar? – él graznaban, convirtiendo a Thiago y Matilda para la confirmación.
Thiago y Matilda intercambiaron perplejo miradas antes de asintiendo con la cabeza en acuerdo.
– He oído demasiado, – dijo Thiago, su voz teñida de asombro.
El pez, cuyo nombre era Steve, continuó suplicando misericordia.
– Te prometo que significa que usted ningún daño, – dijo seriamente.
– Sólo quiero hablar.
Adán, todavía recuperándose de la conmoción de lo que se habla de pescado, con cuidado se acercó a Steve.
– ¿Qué quieres hablar? – él preguntó, su curiosidad se despertó.
Steve explicó que había sido concedido el don de la voz por un hechizo mágico y había pasado sus días nadando en el río, la observación de las criaturas que han vivido por encima de la superficie. Él siempre había deseado para conversar con ellos, pero nunca había tenido la oportunidad hasta ahora.
Intrigado por la historia de Steve, Adam decidió prescindir de él desde el cubo y en su lugar colocó suavemente de nuevo en el agua. – Eres bienvenido a nadar junto a nosotros y chat, – dijo Adam con una sonrisa amable.
Steve ojos se iluminaron con gratitud como él nadando en las profundidades del río, sus nuevos amigos, siguiéndole de cerca. Y como continuaron su expedición de pesca, Adán, Thiago, Matilda, y Steve compartieron historias y risas, agradecido por la inesperada amistad que había florecido en ese día soleado por el río.
Capítulo 4: la Comunicación con un Hablar de los Peces
Después de la sorprendente encuentro con Steve, el hablar de los peces, Adán, Thiago, Matilda, y Steve decidió pasar algún tiempo para llegar a conocerse mejor. Con el sol brillando sobre ellos y el suave sonido del río cercano, que se asentaron en la orilla del río para una tarde de relax.
Steve, todavía eufórico por haber encontrado compañeros que podía entender él, con impaciencia comenzó a compartir los cuentos de sus aventuras bajo el agua. Relató emocionantes aventuras que implican atrevido escapa de los depredadores y conmovedores encuentros con compañeros de pescado.
Adán, Thiago, y Matilda escuchó atentamente, sus ojos con asombro como Steve pintado cuadros vivos de la vida debajo de la superficie del río. Se rieron de sus anécdotas humorísticas y se maravilló de la belleza del mundo submarino, describió.
Como la tarde avanzaba, los amigos comenzaron a bond por intereses compartidos y experiencias. Descubrieron común aficiones y pasiones, de explorar el bosque para disfrutar de un buen juego de esconder y buscar. Encontraron alegría en compañía de los demás, valorar el simple placer de estar juntos.
Steve, encantado de haber encontrado amigos que lo aceptan por quien era, sonrió con felicidad cuando vio que Adán, Thiago, y Matilda reír y jugar junto a él. Por primera vez en su vida, sintió realmente entendido y apreciado.
Cuando el sol empezó a sumergir debajo del horizonte, lanzando un cálido resplandor dorado sobre el río, los amigos de mala gana de despedida para su idílico día de descanso y de camaradería. Con la promesa de volver a reunirse pronto, se separaron, sus corazones llenos de gratitud por la nueva amistad que se había establecido en esa tarde de sol en el río.
Capítulo 5: el Juego de Cartas de Deseos
El sol empezó a ponerse en su deliciosa tarde por el río, Steve, el hablar de los peces, había un brillo travieso en sus ojos. – ¿Jugamos a un juego? – dijo, su voz llena de emoción.
Adán, Thiago, y Matilda se animó a la idea, con ganas de seguir su día lleno de diversión. – ¿Qué clase de juego? – preguntó Adam, su curiosidad se despertó.
Steve sonrió, revelando hileras de relucientes dientes.
– Vamos a jugar a las cartas de deseos! – exclamó.
– Quien pierde cada ronda tendrá a conceder un deseo para el ganador.
Los amigos intercambiaron miradas de diversiones, intrigado por la posibilidad de conceder deseos.
– Suena divertido! – Thiago intervino, su meneando la cola con entusiasmo.
Matilda, asintió con la cabeza, sus ojos brillando con anticipación.
– Lo hago! – ella declaró, con ganas de ver lo que desea ser concedida.
Con acuerdo unánime, los amigos se reunieron en un círculo en la orilla del río, cada uno con ganas de probar su suerte en el juego de los deseos. Steve producido una baraja de cartas de las profundidades del río, sus aletas brillantes en el desvanecimiento de la luz.
El juego comenzó, con el reparto de las cartas y las apuestas realizadas. La risa y la burla amistosa llenó el aire como los amigos compitieron el uno contra el otro, en la competitividad de los espíritus que les conduce hacia adelante.
Ronda tras ronda pasado, con fortunas cambiantes y deseos de ganar y concedido. Adán, Thiago, Matilda, y Steve se encontraron atrapados en la emoción del juego, su corazón de las carreras con anticipación.
Como la ronda final se acercaba al final, quedó claro que Thiago fue el vencedor final, su habilidad y suerte, inigualable por sus amigos. Con una triunfal sonrisa, miró a sus compañeros, listo para hacer su deseo.
Pero antes de Thiago pudiera pronunciar una palabra, Steve tenía un brillo travieso en sus ojos. – Ah, pero Thiago, – dijo con una sonrisa maliciosa, – hay una última vuelta de tuerca al juego.-
Los amigos se inclinó, sus picó la curiosidad.
– ¿Qué twist? – preguntó Adam, sus plumas alborotaba con anticipación.
Steve se rió entre dientes, su voz haciendo eco con la diversión.
– El perdedor de la ronda final debe tomar una zambullida en el río y ser sorprendido con una caña de pescar! – él declaró, sus aletas contracciones con emoción.
Con un coro de risas y de buen carácter protestas, Thiago accedió a regañadientes a los términos del juego. Con un dramático florecer, que se zambulló en el río con un chapoteo, de sus amigos, animándolo a partir de la orilla del río.
Capítulo 6: El Perdedor del Juego de cartas
El sol se sumerge por debajo del horizonte, lanzando un cálido resplandor sobre el río, Adán, Thiago, Matilda, y Steve se reunieron alrededor de una mesa improvisada en la orilla del río. La baraja de cartas se hallan esparcidos por toda la superficie, a la espera de su próximo juego.
Con gran expectativa, los amigos barajan las cartas y se preparó para otra ronda de su juego de los deseos. Adam, sus coloridas plumas erizadas con emoción, barajan las cartas con precisión, sus ojos se iluminan con determinación.
Ronda tras ronda pasado, con cada amigo tomando turnos y el trato de apuestas, sus risas y burlas amistosas llenando el aire. A medida que el juego avanzaba, fortunas cambiado y los deseos se ganó y se concede, añadiendo una capa extra de emoción a sus ya de por sí agradable día.
Pero como la suerte lo tendría, Adán se encontró en el perdedor de la ronda final. Con una afable sonrisa, admitió la derrota y están preparados para cumplir su parte del trato.
Con un brillo juguetón en sus ojos, Steve hizo un gesto hacia el río, una sonrisa pícara, extendiéndose a través de su rostro. – Parece que es tiempo para un chapuzón, Adam! – él exclamó, su voz llena de diversiones.
Adam se rió entre dientes bondadosamente, su corazón latiendo con fuerza, con entusiasmo, mientras se preparaba para dar el paso. Con un grácil salto, se remontó en el aire, sus alas extendidas como él descendió hacia el fresco, invitando a las aguas de abajo.
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